Es bien conocida por los técnicos de hoy la extremada precisión necesaria en las pendientes de los acueductos que los romanos utilizaban para la conducción del agua. Esta debía llegar a su destino, y hacerlo además a una velocidad constante y con el caudal adecuado para no provocar rebosamientos en los depósitos. La nivelación, por tanto, debía ser absolutamente precisa.

Piezas en tres dimensiones colocadas adecuadamente permitirán trasvasar el agua de un punto A a otro B. Sólo una colocación adecuada proporciona una pendiente capaz de conseguir la circulación del agua entre estos dos puntos. El visitante dispondrá de las piezas de un puzzle que forma un acueducto y podrá observar que sólo la disposición adecuada de las piezas proporciona la pendiente que consigue el trasvase de agua desde A hasta B. Con la ayuda de la plantilla triangular podrá visualizar cómo debajo de su acueducto hay un triángulo rectángulo y calcular su pendiente.