La radiación solar está en la base de la mayoría de los fenómenos y procesos que tienen lugar en la Tierra. El ciclo hidrológico, las corrientes marinas, el viento, las temperaturas atmosféricas, la iluminación natural, o la vida misma, son sólo algunas de sus manifestaciones. El aprovechamiento de la energía solar puede realizarse en forma de energía térmica (conversión fototérmica) o de energía eléctrica (conversión fotovoltaica), realizándose ésta última en las denominadas células fotovoltaicas, con un rendimiento de conversión en torno al 15%. A pesar de que la potencia radiante solar interceptada por España (7•105 GW) es una mínima parte comparada con la total emitida por el Sol (4•1019 GW), representa una cantidad muy significativa respecto al máximo consumo eléctrico nacional registrado (37 GW), en junio de 2005. Con un área inferior al 0,2% del territorio nacional podría abastecerse toda esa demanda eléctrica.