El rendimiento físico no es igual en todas partes. La altitud es un factor a tener en cuenta (sobre todo hablando de alturas por encima de 2000m en adelante) en deportes como el montañismo o competiciones en poblaciones elevadas, donde la concentración de oxígeno disminuye considerablemente. De aquí se desprende lo que ha denominado “entrenamiento en altura” , que pretende adaptar el organismo a estas condiciones. No hacerlo puede suponer un fracaso en el rendimiento por los efectos negativos de la hipoxia (la falta de oxígeno). Exponerse unos días antes a dichas condiciones permite aumentar los glóbulos rojos, la hemoglobina, mejorar la irrigación sanguínea, además del sistema inmune, disminuir el estrés y activar el gasto metabólico. En la actualidad se han desarrollado sistemas de trabajo para simular las condiciones en altura sin tener que desplazarse del lugar de origen. Esta forma de trabajo se denomina "hipoxia intermitente". Además de su aplicación en profesionales depo

Por medio de una mascarilla el visitante respira aire con una concentración de oxígeno similar a la de la altitud, concentración que es variada y personalizada según la forma física de cada uno. Se alterna la respiración “en altura elevada” (hipoxia) con respiración a la altitud normal (normoxia), con lo que se estimulan los efectos positivos a gran velocidad. Un test previo y un seguimiento de las pulsaciones y saturación de oxígeno durante la sesión garantizan la total seguridad del sistema pudiendo llegar hasta alturas simuladas de 6.800m. El tiempo recomendable de una sesión es de unos 50 minutos; por razones evidentes lo dejaremos en un tiempo menor.