OTRA CONMEMORACIÓN

 

En medio del  tráfico, y aún tráfago de conmemoraciones, no merece  pasar inadvertida la del milenario del poeta andalusí, el cordobés Ibn Zaydun (1003-1070), que compuso exquisitas casidas, de entre las que destacan las dedicadas a Córdoba, entonces todavía la primera ciudad de Occidente. La edición, en Cátedra, se publica con dos años de retraso, pero más vale tarde que nunca.  Sirvan estos versos bellísimos, elegíacos de la ciudad perdida, de homenaje al gran Ibn Zaydun: <<A mi Córdoba, túnicas de hermosos jardines vestía la libre primavera; /los vientos húmedos siempre le rociaban suavemente la plana pradera; / los nobles hijos de Córdoba, abrazaban la dulce vida, muy placentera.>> Aunque no conviene entusiasmarse demasiado si se repara en lo que un ilustre escritor coetáneo les espetó a unos turistas ingleses, deslumbrados ante la Alhambra de Granada: <<Si no los hubiéramos echado, ahora estaría Jomeini>>.

 

Miguel  García-Posada

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