Después del centenario

Pasó el IV Centenario del «Quijote», pero dentro de nueve años se cumple el de la segunda parte, que es aún mejor que la primera. Ojo al parche. Y ¿qué hemos sacado en limpio?

Las nuevas ediciones no han mejorado demasiado las existentes, alientan serias dudas algunos especialistas sobre la solvencia de la considerada canónica, y de la vida de Cervantes seguimos sin saber nada sustancioso o que aclare las dudas sobre su misteriosa personalidad; su editor dice, por ejemplo, que nadie sabe cómo era una imprenta en el siglo XVII pero don Quijote describe al detalle una en su visita a Barcelona ¿Fue él el Cervantes que huyó a Italia perseguido por un delito de sangre? ¿Por qué lo perdonaron su intento de fuga los berberiscos de Argel pero a sus compañeros de fuga se los ejecutó? ¿Por qué se separó de su esposa y volvió con ella en las postrimerías de su vida? ¿Por qué su fe cristiana no le impidió escribir ese torrente de pasión que es «La fuerza de la sangre»? ¿Por qué casi justificó el adulterio en «El celoso extremeño», versiones al margen? Los biógrafos siguen viviendo del denostado pero erudito y culto Astrana Marín? Y los comentaristas se siguen nutriendo de las notas de otro rancio erudito, don Francisco Rodríguez Marín, el ursaonense de pro, que hubiera dicho cualquier aprendiz de latiniparlo.

 

MIGUEL GARCÍA-POSADA

 

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