Marías

La Comunidad ha decidido homenajear al recientemente fallecido Julián Marías con una serie de actos e iniciativas destinados a explicar la magnitud de su obra. Mientras tanto, el Gobierno no mueve ficha. Julián Marías nunca contó con excesivas simpatías en el área del pensamiento socialdemócrata, pese a haber sido un antifranquista impenitente y en vida del dictador.El pensamiento «oficial» se muere por lo «débil», la dilución de las ideologías, las formas «light». No tiene, desde luego, nada bueno que decir sobre alguien que «pensaba» y mantuvo posiciones claras en cuestiones centrales. Marías hablaba de España y eso a los biempensantes no les gusta demasiado, por aquello de no ofender a los compañeros de ruta; Marías era cristiano y eso suscita perplejidad –palabra dilecta– en el ámbito del pensamiento «legalizado», cuyo único  fin parece el silencio. Pero o se habla (y escribe) y se hace filosofía, o se calla uno y no se hace nada. MIGUEL GARCÍA-POSADA

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