La colección Letras Madrileñas Contemporáneas ha publicado “Las criaturas saturnianas”, de Ramón Sender (Alcolea de Cinca, Huesca, 1902), una novela mayor, de 1965, pero que no se reeditaba desde hace casi cuarenta años. Y, lo que es más grave, que los críticos no han leído. Véanse los manuales e historias de la novela española contemporánea y se observará un más que sospechoso silencio sobre esta novela de más de 400 páginas, por parte de esos “estudiosos”. Para ellos,  Sender, uno de los grandes de la novela española del siglo XX y quizá el mayor narrador de la España desterrada, es el autor del “Réquiem por un campesino español”, “Imán”, “Crónica del alba” y poco más. Una producción extensísima –mas de 40 títulos– es así reducida drásticamente, no sin cautelosas consideraciones –¡todavía!– sobre su anticomunismo, que lo llevó por cierto a sufrir la persecución de los agentes de Stalin, quienes  se están cobrando con el olvido la pieza que no pudieron cazar en su momento.

La mujer de Sender –importa recordarlo– fue fusilada en Zamora durante la guerra civil por el solo delito de ser la mujer de quien era, pero esto no le ha impedido a cierta izquierda antifranquista motejar de reaccionario el pensamiento del gran escritor, a quien nunca se reconoció su condición de víctima de la guerra, a la vez que en los primeros tiempos de la transición, esa “izquierda” jaleaba la nombradía de Camilo José Cela, buen escritor, pero franquista empedernido, delator y censor, tres rasgos no demasiado amables. Nadie o casi nadie recordó el nombre de Sender –ya estaba muerto para entonces, y eso en España se paga doblemente, con la muerte y  con el olvido– cuando se  concedió el premio Nobel a Cela, pese a que el Gobierno legítimo de España, el republicano, intentó el reconocimiento universal del autor. Quienes deseen refrescar su memoria pueden consultar las ominosas páginas que la ya desaparecida revista “Triunfo” dedicó al escritor después de la guerra civil, en los postreros momentos de la dictadura, circunstancia que el laureado Cela aprovechó para ensuciar y manipular, con vileza digna de mejor causa, la imagen de un escritor excelente y un hombre probo y desdichado.

 

MIGUEL GARCÍA-POSADA

 

Compartir:

Un comentario

  1. Entre libros de poesía, ensayo, narraciones breves y novelas, Sender nos dio más de 70 títulos.

    Muy bien que se le recuerde porque este tiempo debería conocer alguna vez lo que se entiende por ética en la obra de un escritor.

Deja un comentario