El velo por narices

El Departamento de Educación de la Generalidad de Cataluña ha obligado al colegio  público Joan Puigbert – Annexa de Gerona a readmitir a una alumna musulmana que acudía a clase cubierta con pañuelo islámico. La dirección del centro había manifestado su opinión adversa al reingreso de la niña en estas condiciones. Se repite de nuevo  lo sucedido en Madrid hace unos años con una situación muy similar. Pero aunque la  Generalidad la vocee y algunos periodistas la jaleen, la decisión  adoptada es contraria al espíritu  profundo de la Constitución, y valga el ejemplo, que de alguien acreditado habrá que aprender, de la V República francesa. La laicidad se opone frontalmente a la exhibición de símbolos religiosos; lo es  el “hiyab”, que además es un símbolo de la condición inferior de la mujer en el orbe musulmán. No vale invocar el derecho de la niña asistir a clase porque nadie se lo niega; solo se le ha pedido por parte del Colegio que no use el “hiyab”  para acudir a clase. Una vez más se ha aprovechado la ocasión para hacer demagogia sensiblera. Es de cajón que el país que acoge a los inmigrantes tenga derecho a imponer el cumplimiento de sus normas –así lo señala una directiva de la UE–; la que ha invocado el Colegio Puigbert es incontrovertible. Aplausos a la dirección del colegio; pitos a la Generalidad, que ha actuado como ha actuado porque en el fondo no se cree lo de  la  laicidad.

 

MIGUEL GARCÍA-POSADA

 

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3 comentarios

  1. Totalmente de acuerdo con usted. Deberían retirarse todos los elementos religiosos "visibles" de los colegios públicos y concertados. Además, cualquier niña o niño que porte tales símbolos (un crucifijo, velo o estrella de David) visibles, debería también retirarlo u ocultarlo.

    El respeto por la religión no debe confundirse con una opción que votamos todos los españoles: la de tener un estado aconfesional y una educación laica. A Dios lo que es de Dios, y al Cesar lo que es del Cesar. En las iglesias y hogares que así lo decidan, manda el primero. En los colegios y ministerios más mundanos, el segundo…

    Saludos

  2. No. España es un estado aconfesional, no laico. La aconfesionalidad afecta al estado, no a los individuos, a los que no se puede limitar su libertad religiosa. Prohibir a un cristiano llevar colgado del cuello el principal símbolo de su religión es un acto fascista. Un acto que se sustenta en el mismo principio antidemocrático de que el mero hecho de expresar una opinión supone ya una ofensa para los demás. El mismo principio que llevaría a decir que hay que quemar las iglesias porque hay gente a la que su visión les ofende. De lo que ha dicho García-Posada el dato esencial es: "es un símbolo de la condición inferior de la mujer en el orbe musulmán". Un país democrático no puede permitir que una de sus ciudadanas exhiba nada que contradiga radicalmente un principio constitucional básica, el de la igualdad de todos los seres humanos como tales. E, incluso, se podría apelar a que cualquiera no puede vestir como le venga en gana en cualquier lugar. Eso es también una norma social. Una convención cultural.

  3. Miguel:

    Enhorabuena por el blog.

    No estoy muy de acuerdo contigo en este caso, y casi totalmente en desacuerdo con "Un lector". La Constitución, lo que dice, es (artículo 16):

    "Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la Ley."

    Yo no veo en que puede afectar que un niño lleve colgado una medalla o un crucifijo al orden público. En este caso, el Estado tiene la obligación de garantizar la libertad religiosa. Es decir, estoy a favor de que no se pongan crucifijos en las paredes de las escuelas públicas (somos un Estado aconfesional, que no laico), pero totalmente en desacuerdo con eso de que haya que ocultar los símbolos religiosos que quiera llevar cada uno. Esto último atentaría contra el derecho fundamental de la libertad religiosa.

    El caso de las niñas musulmanas es más complicado, ya que se argumenta que el velo supone una discriminación por sexo, lo que contravendría un derecho también fundamental (artículo 14). Así, la discusión es que con velo se atenta contra la igualdad de sexo, y si le quitamos el velo, se atenta contra la libertad religiosa. Desde luego es difícil, pero si aplicamos la Constitución, parece que el velo en sí no afecta al orden público.

    Saludos.

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