Oda a Felipe Ruiz. Fray Luis de León.

Enlace a Oda a Felipe Ruiz (II) de Fray Luis de León en poesía y ciencia

Llenar de contenido poesía y ciencia lleva a menudo a interrogarse acerca de cómo funciona el mecanismo de que la ciencia y la tecnología, (y sus actores, los artefactos, sus consecuencias, etc.), puedan llegar a ser partes integrantes de un poema y el modo en que el lector pueda interpretar la relación de éste con la ciencia y la tecnología. Lo cierto es que la ciencia se ha visto reflejada en la literatura, desde hace siglos hasta la poesía contemporánea; y en la Oda a Felipe Ruiz de Fray Luis de León de plantea el desconocimiento profundo acerca de los fenómenos naturales y el ansia del narrador por llegar a desentrañarlos.

 

Retrato de Fray Luis de León
(De Francisco Pacheco; en Cervantes Virtual)

Comienza el poema con la interrogación impaciente y ambiciosa de la primera estrofa:

¿ Cuándo será que pueda
libre desta prisión volar al cielo,
Filipe, y en la rueda
que huye más del suelo
contemplar la verdad pura sin duelo?

 

Presuntas sin responder

La Oda a Felipe Ruiz de Fray Luis de León es posiblemente el poema más antiguo en castellano en el que aparecen aspectos que plantean interrogantes cuyas repuestas estarían en una ciencia a la que le faltaban aún unos dos siglos para nacer como tal.

Francisco García Olmedo señala en su texto  Sublimación poética de la ciencia: a propósito de Clara Janés, (Ver Nota 1):

“En la Oda a Felipe Ruiz (versos 21-35 y 51-61), el poeta se adelanta a la ciencia de su tiempo, preguntándose el porqué de una serie de fenómenos naturales cuya bases científicas no serían desveladas hasta mucho tiempo después.”

A continuación reproduce los versos mencionados, como los 21 a 30 siguientes:

por qué tiembla la tierra;
por qué las hondas mares se embravecen;
dó sale a mover guerra
el cierzo, y por qué crecen
las aguas del océano y descrecen;

de dó manan las fuentes;
quién ceba y quién bastece de los ríos
las perpetuas corrientes;
de los helados fríos
veré las causas, y de los estíos;

después se incluye la reflexión de quien le descubrió el poema, el profesor Juan Ramón Sanmartín

“…la ciencia ha tardado cuatro siglos en contestar las incisivas preguntas de fray Luis, empezando por las relativas al ciclo hidrológico (versos 26-28), clarificado por su coetáneo Palissy, siguiendo por las de la génesis de las mareas (24-25) y de los movimientos de cometas, lunas y planetas (52-54), abordadas por Newton, y terminando por las que inciden sobre la estructura interna y la energía del sol y las estrellas (57-58; 61-62), de las que se ocupó la física del siglo XX.”

Y, en efecto, el poema puede interpretarse casi como un programa a medio plazo para los científicos de una academia para desentrañar  esas preguntas sobre el mundo sin respuestas aún.

 

Fray Luis de León

Fray Luis de León es un hombre de Dios, agustino, y el texto de la oda, (además de la alusión inicial a la prisión que es la de cal y canto real que sufrió, pero también es la cárcel del mundo y la cárcel del cuerpo que mantienen al alma alejada de la contemplación del cielo), alude fundamentalmente a la relación entre conocimiento y felicidad que de los bienventurados.

Es la oda reescritura de los versos de Virgilio en las Geórgicas referentes a fenómenos de la naturaleza – terremoto, ímpetu del mar y mareas – y al Libro de Job – cimientos que Dios ha echado a la tierra, barreras que ha puesto al mar y origen de los meteoros – y se extiende en la enumeración de los misterios cósmicos.

 

Como se indica en Contexto y originalidad de la Oda a Felipe Ruiz de Fray Luis de León, de Ángel  Cilveti, (ver Nota 2), los enfoques de los dos antecedentes y de la Oda a Felipe Ruiz son diferentes.

“El poema de Virgilio busca la fama del descubridor de los misterios de la naturaleza, o el goce espontáneo de ésta, y la intención del Libro de Job – que fue trasladado en verso al castellano por el propio fray Luis de León – es marcar el abismo que separa a Dios del hombre abrumado con preguntas que éste no puede contestar. En la oda luisiana, en cambio, el abismo ha sido salvado por la redención y los secretos cósmico le serán revelados al hombre en la futura gloria cuando participe del conocimiento de Dios”

Dan pistas a esta interpretación esa vocación de eternidad del «veré distinto y junto / lo que es y lo que ha sido», de la segunda estrofa

Allí, a mi vida junto,
en luz resplandeciente convertido,
veré distinto y junto
lo que es y lo que ha sido,
y su principio propio y ascondido.

y la estrofa final, junto con los espíritus dichosos:

Veré sin movimiento,
en la más alta esfera, las moradas
del gozo y del contento,
de oro y luz labradas,
de espíritus dichosos habitadas.

 

Pedro Laín Entralgo y la Oda a Felipe Ruiz

En el artículo Poesía, ciencia y realidad , (ver  Nota 3), glosa y analiza en profundidad la Oda a Felipe Ruiz, que es considerado por Laín Entralgo muestra ejemplar de lo que denomina la poesía de «intelección esencial de la realidad», del que creemos merece la pena reproducir algunos de sus pasajes. En el inicio plantea su tesis principal sobre el sentido del poema:

«Bien distinta es la actitud de Fray Luis de León frente al mundo sensible. De ese mundo no quiere sólo la apariencia; quiere la más cabal, íntegra y verdadera noticia acerca de su ser. Mas como no es dada a la mente del hombre terrenal ciencia tan satisfactoria, Fray Luis se entrega a desear—y a esperar—un estado de su propio espíritu, en el cual toda oscuridad y toda ignorancia desaparezcan. Las hermosas liras de la Oda a Felipe Ruiz son transparente expresión poética de ese anhelo.»

 

En un momento dado, explica cómo plantea  Fray Luis de León el poema:

«Su respuesta poética es un juliovernesco viaje a través del universo, concebido éste según los cánones de la cosmología antigua. Ese viaje imaginario acontece de abajo arriba y en cinco etapas. La primera concierne a la tierra, reino del elemento más pesado e inferior:

Entonces veré cómo
la soberana mano echó el cimiento
tan a nivel y plomo,
do estable, y firme asiento
posee el pesadísimo elemento.

En una segunda etapa tratará de los secretos del agua y de sus movimientos:

por qué las hondas mares se embravecen;
dó sale a mover guerra
el cierzo, y por qué crecen
las aguas del Océano y descrecen.
De dó manan las fuentes;
quién ceba y quién bastece de los ríos
las perpetuas corrientes…»

A continuación se pasa a la atmósfera o reino del tercer elemento, el aire:

de los helados fríos
veré las causas, y de los estíos;
las soberanas aguas
del aire en la región quién las sostiene;
de los rayos las fraguas;
dó los tesoros tiene
de nieve Dios, y el trueno de dó viene.»

Tras una interrupción, en que Laín pondera la  descripción que hace el poeta del espectáculo de una tormenta de «primo» (sic) estío en el campo castellano, (versos 41 a 55);  el cuarto trecho del poema pasa a la atmósfera: la esfera astral, el mundo de los planetas y las estrellas.

Y de allí levantado
veré los movimientos celestiales,
ansí el arrebatado
como los naturales,
las causas de los hados, las señales.

 

Sistema heliocéntrico: órbitas de los planetas vistas desde el Sol.
Harmonia Macrocosmica, de Andreas Cellarius (1708).

En ese momento, Laín señala el interés de la contraposición que establece  Fray Luis entre los movimientos astronómicos «arrebatados» (los de los cometas) y los «naturales» (los de los planetas y las estrellas «fijas»).

«La mente del cosmógrafo se halla todavía inmersa en el saber antiguo; mas ya parece preludiar la fecunda distinción mecánica de Galileo entre los dos movimientos rectilíneos principales: el moto violento y el moto naturalmente accelerato. La interpretación matemática del adverbio «naturalmente», obra del gran pisano, hará nacer la mecánica moderna

Se llega a la quinta etapa del viaje, donde el poeta asiste a la sublime calma de la esfera inmóvil y extremada—la «rueda que huye más del suelo»—donde habitan las ideas y los espíritus angélicos y bienaventurados:

Veré sin movimiento
en la más alta esfera las moradas
del gozo y del contento,
de oro y luz labradas,
de espíritus dichosos habitadas.

Concluye Laín la glosa del poema con indicando que  Fray Luis de León nos ha hecho conocer  «otro modo de la relación entre la poesía y la realidad. La realidad del mundo —…  una visión esencial …. del mundo sensible—está ahora presente en el texto poético «en esperanza». Puesto que no puede entender lo que la realidad es en sí misma, allende su mera apariencia, el poeta canta su esperanza de un estado en el cual llegue a conseguir esa anhelada intelección total…»

A modo de conclusión

La maravilla del poema es su orden, la precisión en la descripción de los fenómenos, la serenidad que transmite  y la magnífica adecuación de texto y estructura métrica del poema, con esas liras extraordinarias; posiblemente las mejor escritas en castellano en todos los tiempos.

Vemos también la variedad de interpretaciones del poema. No es extraño; es más bien lo habitual: el poema es, al final, del lector.

Notas y enlaces

1. Sublimación poética de la ciencia: a propósito de Clara JanésFrancisco García Olmedo. Revista de Libros, 18-03-2014.   Enlace: http://www.revistadelibros.com/blogs/ciencia-al-alioli/sublimacion-poetica-de-la-cienciaa-proposito-de-clara-janes. Debo decir que esta atractiva visión de poema como un recuento de preguntas aún no resueltas por la ciencia en ese momento, fue mi primera aproximación a la Oda a Felipe Ruiz y, debo decir, que es mi preferida y me parece fascinante.

2. Contexto literario y originalidad de la «Oda a Felipe Ruiz» de Fray Luis de León. Ángel Cilveti Lekunberri. Edad de oro, Vol. 11, 1992 (Ejemplar dedicado a: Homenaje a José Manuel Blecua), págs. 15-28. Enlace: http://www.cervantesvirtual.com/portales/fray_luis_de_leon/obra/contexto-literario-y-originalidad-de-la-oda-a-felipe-ruiz-de-fray-luis-de-leon/

3. Poesía, ciencia y realidad. Pedro Laín EntralgoCuadernos hispanoamericanos. Num. 31, 1952, Págs. 13-30. Enlace: www.cervantesvirtual.com/obra/poesia-ciencia-y-realidad/

Hemos encontrado – digitalizado en  la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes – el escrito   Poesía, ciencia y realidad de Pedro Laín Entralgo en el que se estudian las analogías y relaciones de la poesía y la ciencia con la realidad. No es este el momento de entrar en profundidad y en los detalles de este interesante artículo, que es, por su tema, rara avis en la literatura española; pero merece una lectura sosegada que intentaremos hacer

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