Improvisaciones. Joaquín Bartrina.

Enlace a Improvisaciones de Joaquín María Bartrina en poesía y ciencia

Conocemos la velada literaria que el dramaturgo Leopoldo Bremon y su esposa, la actriz Fernanda Llanos, dieron a la escritora Pilar Sinués  porque entre la concurrencia se encontraba el poeta Joaquín Bartrina (ver Nota 1), que leyó en la velada las Improvisaciones que hoy incluimos en poesía y ciencia. (Ver Nota 2). El poema, delicioso y sumamente decimonónico, nos sumerge en la atmósfera de esas veladas y tiene como hilo conductor a la electricidad que era en ese momento, algo nuevo e interesante; a medio camino entre pasatiempo y física recreativa. Sin embargo poco después, a partir de 1885 – Bartrina falleció en 1880 – se produciría el acelerado desarrollo y la implantación de la electricidad en España.

 Mª del Pilar Sinués de Marco
(Litografía de José Vallejo y Galeazo. Wikipedia)

En Improvisaciones nos encontramos con el siglo XIX en plena esencia. En primer lugar, un tema novedoso relacionado con la ciencia, en este caso, la electricidad; en un siglo pleno de descubrimientos científicos y técnicos y de sus iniciales aplicaciones. En segundo término, una forma de relación social común en los hogares de la alta burguesía de la época: las veladas en que se producía la reunión de amigos, familiares y conocidos, alrededor de algún tema concreto: literario, musical, político… Por último, la poesía de la época como forma bastante habitual de describir situaciones, de honrar a alguien, de divertirse.

Improvisaciones tiene como hilo conductor la electricidad que, en el momento de la composición – que estimamos que debió producirse hacia 1875 – era, a nivel social masivo, aún poco conocida. Un fenómeno curioso e interesante; eran experimentos de física recreativa lo que llegaba a los salones aunque en el aire estaba la pregunta de lo que llegaría a ser en el futuro y cual sería se desarrollo e implantación.

De momento a la anfitriona, la actriz Fernanda Llanos, condesa Valentini – que, así aparece en varias de la referencias encontradas que aluden – le habían realizado unos tratamientos contra el dolor a base de electricidad, (que supongo que consistirían en arrearle pequeñas descargas eléctricas en los lugares afectados con las rudimentarias pilas de la época), que por lo que se ve, aventurados doctores de la época comenzaban a usar. Y, por lo que se vé en el poema le hicieron bien.

Al ver que es una verdad
que, gracias a un buen doctor,
mitiga ya tu dolor
la activa electricidad,
reconozco la excelencia
del doctor y aquí le alabo.
Libre era el rayo: hoy esclavo
es tan sólo de la ciencia.

En todo caso, la electricidad pasará pronto en España de ser ciencia y/o entretenimiento a ser innovación en el mercado. Un breve resumen de ese tránsito, (que tomamos de la páginaweb energía y sociedad: http://www.energiaysociedad.es), es el siguiente.

La primera referencia de la aplicación práctica de la electricidad en España data del año 1852, en el que el farmacéutico Domenech fue capaz de iluminar su botica en Barcelona. En Madrid, ese mismo año, se hicieron pruebas de iluminación en la plaza de la Armería y en el Congreso de los Diputados. En 1875 se instala una dinamo en Barcelona que logró iluminar las Ramblas, la Boquería, el Castillo de Montjuic y parte de los altos de Gracia. A partir del año siguiente, se puede decir que comienza la electrificación industrial en España (…). 

En 1885 se publicó un primer decreto que ordenaba las instalaciones eléctricas y, tres años más tarde, una Real Orden regula el alumbrado eléctrico de los teatros, prohibiendo expresamente el alumbrado con gas y autorizando las lámparas de aceite sólo como sistema de emergencia. Este acelerado desarrollo de la industria eléctrica dio pie a la creación de numerosas empresas en las últimas dos décadas del siglo XIX. (…) No obstante, en esos momentos, la electricidad era generada en forma de corriente continua y no era posible su transporte a largas distancias, por lo que su desarrollo se veía limitado a emplazamientos de las centrales próximas a los centros de consumo, normalmente a industrias o municipios.

El desarrollo e implantación de la electricidad fue luego muy rápido ya que, siguiendo la misma página:

… con la aparición de la corriente eléctrica alterna, a principios del siglo XX, se abrió la posibilidad de transportar electricidad a gran distancia y, por tanto, de llevar a cabo un desarrollo a gran escala de las centrales hidroeléctricas. (…)

La velada

Improvisaciones consta de cuatro partes dedicadas de forma ordenada a los diversos asistentes. En la lógica de la cortesía y urbanidad del siglo XIX, el comienzo está reservado a la anfitriona, Fernanda Llanos de Bremon; después sigue el correspondiente a la homenajeada, Pilar Sinués. En tercer lugar se apela a las damas de la reunión para finalizar con versos para todos los concurrentes.

 

En el verso dedicado a la anfitriona, Bartrina nombra al rayo como antecedente natural de la electricidad y adjudica a la ciencia la misión de domesticar y encerrar la electricidad.

La ciencia siempre intranquila
en su busca al cielo sube;
coge el rayo en una nube
y lo encierra en una pila.

Pocas pistas encontramos en internet de la anfitriona, Fernanda Llanos de Bremon.  Fue actriz aunque por las fechas del poema debía estar retirada. Nos queda ese papel principal de anfitriona de la velada, su mote o apodo como condesa Valentini y la dedicatoria de la habanera ¡Mi sueño! con música de V.R. Sunyer y letra de su marido. También, su presencia, (pg. 7), en el  Calendario español de las letras, las ciencias y las artes en el siglo XIX, lista de «relevantes» de la época, junto con Becquer, Zorrilla, etc. publicado en el Almanaque de la Ilustración, en que se nos recuerda la fecha de su cumpleaños y, finalmente, la noticia de su entierro en el diario La correspondencia de España de 26 de noviembre de 1890.

Al anfitrión, Leopoldo Bremon, lo encontramos más. Aparecen algunas de sus obras dramáticas como Una emoción, o las zarzuelas Las mujeres del siglo o Angélica y Medoro. También su papel como director de la revista El viagero ilustrado hispano americano, y por último hallamos su presencia en el número 2 de la revista Gente Vieja, en que autores de sesentaytantos en adelante, hacen resumen de lo que había traido el siglo XIX y de lo que pensaban para el próximo siglo XX; en el que Leopoldo Bremon contribuye, (pg. 6), con la composición Mis sesenta. El siglo que se va.

La homenajeada es María del Pilar Sinues,  curioso personaje del siglo XIX pues fue una de las primeras escritoras profesionales, con una anécdota sentimental que le dio mucho renombre; pues se casó con el, también escritor, José Marco y Sanchís, sin haberse conocido en persona previamente. Fue muy prolífica, con una muy abundante obra escrita, (que casi siempre autoeditaba), entre la que destacó su obra El ángel del hogar publicada en 1857 con un enorme éxito qu estuvo reeditándose al menos treinta años, siendo su última edición en 1881.

Son los polos positivos y negativos de las pilas con los que comienzan los versos a Pilar Sinués

La señora de Sinués
sabe ya mejor que yo
qué es la pila, y hasta lo
que la electricidad es.
Hay dos polos: negativo
el uno, da una corriente
en un todo diferente
de la que da el positivo.

A las damas de la reunión, galantería y buena disposición para lograr, ya que teme que sean negativos, la positividad de sus polos hacia él.

Al ver en este salón
las eléctricas miradas
de las bellas invitadas,
un polo es mi corazón;
pero decírselo esquivo,
pues temo, porque lo arguyo,
que el polo corazón suyo
sea un polo negativo.

Improvisaciones termina con las estrofas dirigidas al resto de concurrencia, en las que retoma el tratamiento médico realizado con electricidad a la anfitriona de las primeras estrofas

Si al rayo debo el placer
de ver a Fernanda buena
y al rayo la dicha plena
de la amistad por doquier…

se entrega a la electridad de lleno; y remata:

… cuando el cielo, oscuro y fiero,
lance un rayo entre las aguas,
en vez de abrir el paraguas
me le quitaré el sombrero.

En estas Improvisaciones tenemos al un Bartrina amable, mundano e integrado. Pero no olvidemos al Bartrina ateo, escéptico, pesimista; el poeta satírico implacable. (Ver Nota 3). Ciudadano y poeta en la encrucijada del siglo XIX; romántico tardío, al que el propio romanticismo conduce al positivismo y a la ciencia; siendo uno de primeros traductores de Charles Darwin al español. (Pero esa es otra historia que dejamos para el futuro).

Notas

1. En la antología de la poesía científica española del siglo XIX, La ciencia en la poesía, su autor, José María Nuñez Espallargas, escribe sobre la poesía de Joaquín Bartrina lo siguiente:

“En poesía fue un discípulo aventajado de la escuela positivista que reacciono contra los ideales poéticos del romanticismo. Destaca su afán por cantar y poetizar los adelantos científicos. Bartrina quiere con sus poemas escenificar una lucha entre razón y sentimiento, según dice el propio poeta, entre el positivismo y la fe.”

2. En poesía y ciencia están incluidos hasta la fecha cuatro poemas: Ciencia imposible, Madrigal futuro, De omni re scibili y Fabulita; a los que pueden acceder en el siguiente enlace.

3. En www.cervantesvirtual.com, pueden encontrarse diversas obras de Joaquín Bartrina., que se cataloga en el portal Raros y olvidados. Entre otras la recopilación de su poesía en Algo y otras poesías, en la edición de la Editorial Bosch lde 1946. El prólogo es de 1939 y tiene un doble interés. Por una parte, reune comentarios críticos de la obra del poeta de Reus de diversos autores como Menéndez y Pelayo, Blanco García, agustino escurialense, y J. Sardá, entre otros. Por otra, el autor del prólogo se las ve y se las desea para rebajar la “ateidad” de Bartrina, teniendo en cuenta que se editaba el libro en el “tercer año triunfal”.

 

 

 

 

 

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