Mecánica cuántica (Vértigo). Ángela Vallvey.

Enlace a Mecánica cuántica (Vértigo) de Ángela Vallvey en poesía y ciencia

Dentro de las varias y encontradas actitudes en lo que se refiere a las relaciones entre ciencia y poesía, tendríamos, en un extremo, las muy negativas provenientes tanto desde el ámbito literario, (la del poeta John Keats, por ejemplo, que creía que Isaac Newton había destruido toda la poesía del arco iris al reducirlo a los colores del prisma), como desde el ámbito científico, (como ocurría con el físico Paul Dirac con su lapidaria frase: “El objetivo de la ciencia es hacer las cosas difíciles comprensibles de una forma más simple; el objetivo de la poesía es afirmar las cosas simples de una manera incomprensible… Son, por tanto, incompatibles.”).

 

Paul Dirac en 1930 (Wikipedia)

En el extremo contario, de relaciones fructíferas y positivas entre ciencia y poesía, tendríamos los casos de aquellos científicos de renombre que, a la vez, fueron poetas estimables como, entre otros, Rankine y su matemático enamorado, el químico y Premio Nobel Roald Hoffmann o James C. Maxwell del que siempre recordamos su Poema de amor de un telegrafista: “Las espiras de mi alma se entrelazan, aunque estén distantes, con las tuyas, etc.”. (Ver Nota 1).

James C. Maxwell (Wikipedia)

En un punto intermedio estarían aquellos poetas que han sentido una intensa y excitante fascinación por la ciencia, de forma que introducen temas e imágenes científicas en su obra, como quien fuera pionero en este sentido, el poeta Samuel T.Coleridge (1772-1834), que asistía a las clases que sir Humphry Davy impartía en la Royal Institution de Londres. Cuando se le preguntaba por  qué iba a las clases respondía rotundo: “Asisto a dichas clases para enriquecer mis provisiones de metáforas”

Samuel T. Coleridge.
(Retrato de W. Allston en Wikipedia)

Y uno se imagina así a Ángela Vallvey. Con una mirada fascinada a la ciencia, recopilando temas, imágenes, metáforas, etc., para incluirlas,  más adelante, en sus poemas.

Angela Vallvey

Tras publicar varias novelas juveniles, Angela Vallvey, obtuvo el Premio Jaen de Poesía, en 1998, con El tamaño del universo, una colección de poemas plenos de curiosidad científica y fascinación por la belleza y las paradojas del universo.

El libro debió resultar, en aquel momento, bastante sorprendente pues no resultaba nada común recuerrir a motivos científicos como base continua para un libro de poemas. (Lo que ha sido resaltado por ejempo, en el artículo  Ciencia y subjetividad en las poetas españolas del siglo XX de José Mª Balcells de la Universidad de León, en el que se analiza el poemario y coloca a la poeta junto a otras autoras como María Cegarra, (precedente en los años 30) y María Eloy-Martínez, entre otras).

En muchos poemas toman la palabra científicos como Einstein, Galileo, Kepler o Darwin; reflexionando o haciendo apreciaciones a sus trabajos y vivencias. En otros se incluyen,en los poemas, nociones científicas con las que se construyen imágenes y metáforas adecuadas a la intención lírica de la poeta.

No es de extrañar que al poco de la publicación de El tamaño del universo, en los inicios de poesía y ciencia, (2003 a 2005), se incluyeran poemas de Ángela Vallvey en la sección, (ver Nota 2), y que uno de ellos – El matemático imperial – formara parte de Explorando el mundo. Poesía de la ciencia. Antología editada por Miguel Ángel García-Posada en 2006, (Editorial Gadir).

Ángela Vallvey (de Wikipedia)

En 2006 obtuvo el Premio Ateneo de Sevilla con el poemario Nacida en cautividad en el que, como en El tamaño del universo, parte del discurso científico – tomando como referente la paradoja de Schrödinger – para indagar en la conciencia dolorosa de las limitaciones del lenguaje sobre la que se vierte en lo esencial su escritura poética.  (Ver reseña de Francisco Díaz de Castro en El cultural de 14-12-2006).

Mecánica cuántica (Vértigo)

Creo que Mecánica cuántica es, fundamentalmente, un poema de amor que se desarrolla en el entorno de singularidad del mundo cuántico, tal y como expresa el primer verso:

En este reino, amor mío, las cosas son de otra manera…

Esa singularidad viene dada por un tamaño diminuto, de otra escala que casi ni nos podemos imaginar al estar medido en Angstroms, (un Angstrom equivale a la diez mil millonésima parte de 1 metro).

También por el hecho de que en la mecánica cuántica, la acción de observar modifica el experimento; o sea, lo observado.

«Cuando llegues, recuerda: es necesario que lo observes,
aunque al hacerlo con tu mirada lo destruyas.»

En el poema aparecen también los misteriosos y discretos quarks que atraviesan las conchas de las ostras del fondo del mar. También se hace hincapié en los grandes espacios vacíos en el mundo cuántico; un mundo de espacio vacío entre nucleos y electrones de los átomos y moléculas.

«Si te asomas aquí
sabrás que tu pecho es grande como una galaxia,
que tú mismo no eres
más que un enorme espacio vacío.»

También, hacia el final, aparece el principio de incertidumbre y el poema concluye con

«… el viejo pasa sus días incontables
jugando a los dados.»

Alusión a Dios, («el viejo»), haciendo lo contrario a lo que decía Einstein – al que no le gustaba la mecánica cuántica – en su famosa frase: “Dios no juega a los dados”.      

Fantástico y fascinante poema.

Por último, me gustaría dejarles el párrafo final de la contestación de Ángela Vallvey a la pregunta ¿Cuales son, en tu opinión, las funciones que puede cumplir la poesía en el comienzo del nuevo siglo? que aparece en Cambio de siglo. Antología de poesía española 1990-2007 de Domingo Sánchez-Mesa, Hiperión 2007.

«(…) En todo caso, en estos tiempos de abaratamiento, de vulgarización masiva, de consumo y de ganancias, la poesía (no hay poesía buena y mala: hay poesía o no hay poesía) es un reducto de exquisitez que sigue proporcionando un temblor de humanidad siempre nuevo para cada individuo. La poesía es el ADN de la cultura. Infinitamente incomparable. Pieza única. Es la antimanufactura. No se le puede pedir más.»

Enlaces y Notas

1. Los tres poetas se encuentran incluidos en poesía y ciencia. Enlazamos a los poemas correspondientes: Rankine, Hoffmann y Maxwell.

2. Los poemas de Ángela Vallvey incluidos con anterioridad en poesía y ciencia son: El contador de arena, El matemático imperial, Es el momemnto del tiempo, 10.000 millones de años y Las armonías del mundo, a los que pueden acceder en el siguiente enlace.

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