¿Qué es eso de la movilidad?


Entre alusiones poco concretas a la necesidad de fomentar lamovilidad por parte de las autoridades universitarias y estatales, sale lasegunda convocatoria de las becas posdoctorales Alianza 4 Universidades, de dosaños de duración. El plazo para la presentación de solicitudes es hasta el 31de marzo, la fecha de incorporación entre el 15 de septiembre y el 15 deoctubre de este año, y la dotación anual bruta, de 26.639 euros.

Las dificultades con las cuales los investigadoresespañoles se topan para disfrutar de ayudas a la movilidad no se deben tanto aque no existan programas que las contemplen, sino más bien a las condiciones decaducidad de dichos programas.

Como bien es sabido, las estancias Erasmus suelen contar con una duración máxima de un curso, y mucho nos tememos que la mentalidad que prevalece no es la profesional e investigadora, sino la más juvenil y desenfada (por expresarlo eufemísticamente). Las estancias de doctorandos de la mano de programas de becas como la FPU, por otra parte, garantizan estancias de un semestre en el extranjero en colaboración y contacto constante con investigadores de itinerario semejante… pero las posibilidades de estabilizar la situación son más bien escasas, por lo que se acaba volviendo al redil, donde los contactos construidos a lo largo de los años parecen augurar un futuro más prometedor, o más seguro.

 

Parecería que la comunidad científica quede rígidamente subdividida en comunidades delimitadas por las mismas fronteras que marcan el principio y el fin de cada campus, con debates circunscritos a círculos casi privados, ciclos de conferencias segregados (en muchas ocasiones, cada uno lleva a sus conocidos y no asiste a los eventos que organizan los compañeros de departamento), y proyectos con una capacidad aglutinadora discutible. No sabemos si se trata más de una cuestión de mentalidad hispánica (“en casa como en ningún lado”), de inercia perezosa de las estructuras universitarias, o de una genial combinación de ambas.

 

Entre las numerosas alusiones al fomento de la movilidad que se han hecho con fecha reciente, hay una de cal y otra de arena. Y es que, por una parte, la reacción de los interesados a los últimos borradores del Ministerio de Ciencia e Innovación (el Estatuto del PDI y el anteproyecto de la Ley de la Ciencia y la Tecnología, ya reseñada antes en este mismo blog) no ha sido precisamente una calurosa bienvenida. Mucho ruido y pocas nueces, sería el refrán más al caso: muchas alusiones a la necesidad de permitir la movilidad, pero escasas las propuestas concretas.

 

Por suerte, se va consolidando la Alianza 4 Universidades, en virtud de la cual cada uno de los centros que la suscriben se compromete a acoger durante dos años a dos doctores de cada una de las otras tres instituciones. Ya que las participantes son dos universidades madrileñas (Carlos III y Universidad Autónoma) y dos catalanas (Pompeu Fabra y Universidad de Barcelona), la iniciativa se puede definir como fundamentalmente interregional.

 

Puede que sea la escala acertada para ensayar formatos que ofrezcan la posibilidad real de investigar fuera de casa con expectativas serias, aunque quede aún lejos de la reivindicación fuerte: la de poder enseñar en universidades distintas a aquellas en las que se consigue una plaza docente. Habrá que seguir con atención los resultados de los doctores que sean becados y su trayectoria futura.

           

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