REVISTA DE BLOGS: ¡Dejemos de ser aldeanos de una vez!

Alfonso J. Vázquez Vaamonde, profesorde Investigación del CSIC en el Departamento de Corrosión y Protección delCentro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas de Madrid, opina sobre las polémicas“fugas de cerebros”


 

No es una entrada de blog, pero como si lo fuera. Recuperamosun comentario a la noticia “el80% de los investigadores que van al extranjero no vuelve a España”, posteadoen la versión recogida por el sistema madri+d. No tiene desperdicio, por lo quelo publicamos con toda la energía con que fue escrita, sin corregir más que loserrores mecanográficos e incluyendo segmentación en párrafos para agilizar la lectura.


Nihil novum sub sole


Hace algunos años los estudiantes de bachillerato que salían de su ‘aldea’ y segraduaban en las univesidades, no regresaban a sus aldeas, probablemente en másde un 80 %. Éstas, dado su grado de subdesarrollo, no les ofrecían ningunaoportunidad de realización personal y profesional y, ni siquiera, un sueldomedianamente decente. Gracias a ello, no regresando, quedándose en la ‘capital’, la sociedad tuvo laopción de rentabilizar la inversión de los conocimentos adquiridos, financiadoscon recursos públicos.


Ahora está pasando lo mismo, España sigue empeñada en ser esa ‘aldea’ -aunquepodría decidir no serlo la Sociedad empresarial, renuente a invertir en I+D+i,pues prefiere la especulación- y el Gobierno, que acaba de reducir la inversiónen I+D para el próximo año. Es decir, sigue sin ofrecer oportunidades derealización personal y profesional y, tampoco, un sueldo decente.


La ‘capital’ es, no ya el resto de Europa, sino el mundo. Porque aunque segúnMcLuhan el muindo es una aldea global, hay quye distinguir entre ‘aldeas’ y’ALDEAS’.


Lo más rentable para Europa – ¡dejemos de ser nacionalistamente aldeanos! – esque nuestras mejores cabezas, formadas con recursos  públicos,rentabilicen su inversión en Europa. Así nos beneficiaremos más de estosretornos que de los que se obtendrían si se empeñaran en quedarse en esta’aldea’ que ni les da oportunidades profesionales ni un salario decente y nisiquiera les considera trabajadores pese a que producen riqueza, con elinvento, puro fraude de Ley, de las becas pre-doctorales y post-doctorales.


¿Se imaginan que Ochoa se hubiera quedado en aquella aldea en que se convirtióEspaña tras acabar con la democracia en ella? No sólo no hubiera obtenido elpremio Nobel, sino que todo el avance que el produjo en los USA en elconocimiento lo hubiera tenido que hacer otro, es decir, hubiera ocurrido muchodespués. Todo el mundo hubiera perdido todo el tiempo que hubiera mediado. Casoscomo el de Cajal ya no son posibles hoy día.


Cuando se creó el Plan de retorno de investiadores españoles – un chantajeemocional que les ofrece menos oportunidades a cambio del contacto con lafamilia y amigos de la juventud – señalé que era una Plan erróneo. De lo que setrata era de conseguir que vinieran los mejores investigadores, fuera deUpsala, de Minos o de Dublín o, ¿por qué no?, de la China, India o Australia. Peroclaro, este Plan, que es el verdaderamente serio, porque los investigadoresvalemos por lo que hacemos y no por nuestra nacionalidad, era caro y por eso sehizo un programa científico de corte aldeano y nacionalista.
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La segunda parte de ese Plan, invertir máspara llegar, al menos, a la media europea de inversión en I+D, llevamos más deun cuarto de siglo sin conseguirlo. En realidad llevamos un cuarto de siglo sin intentarlo; seguimos en la mitad dela media, que es, en números redondos, el 25 % del global. Y eso para un paísque está en el G-20, como invitado, que es la 10ª potencia del mundo, etc.etc., no es que sea una vergüenza, es que es para correr a palos a todos losGobiernos habidos desde que murió Franco. El Plan que rentabilice nuestrasinversiones públicas, y que contribuya a crear una Europa de ciudadanoseuropeos investigadores y no de ‘investigadores ridículamente nacionalistas’,es el de que haga que nuestras mejores cabezas sean contratadas fuera y que lasmejores cabezas de investigadores de otros países sean contratadas aquí, enlugar de dedicarse a contratar futbolistas, que es para lo único que hasergvido el Plan.


Esta mutua fecundación es lo que hace que el resto de Europa sea lo que es: unlugar de acogida de los mejores ¡al margen de su nacionalidad!, que siguesiendo una ridiculez circunstancial y que no tiene la más mínima trascendencia,pese a todos los que, víctimas de su propia alienación por ser incapaces dereflexionar, enarbolan banderas de un lugar para otro óndeandolas con ridículaagresividad. El ejemplo diario de todos los ciudadanos del mundo más arrojados,dispuestos a poner en peligro su vida, que vienen a España, aunque seairregularmente, debería de curarnos de estos ridículos planes de nacionalismoscientíficos.

 

¡Dejemos de ser aldeanos de una vez!

 

Alfonso J. Vázquez Vaamonde

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