¿Es verdad que sólo el 2,08 % de los doctores está en paro?

Ha levantado ampollas la publicación el lunes (25 de octubre) de una noticia que recogía los resultados de la encuesta del INE sobre la situación laboral de los doctores en diciembre de 2009 . Según esa encuesta, que suele mostrar resultados similares todos los años, sólo un 2,08 % de los doctorados está en el paro.

El dato, que es tan sorprendente como difícil de interpretar, ha enfadado a muchos doctores que han expresado su indignación con 23 comentarios en menos de 48 horas.

***Esta entrada es un comentario editorial. Como tal, lo primero es explicar por qué hemos publicado esa noticia.***

En primer lugar, hemos publicado la noticia porque no podemos ignorarla. Es una noticia oficial centrada en la línea temática de la Circular: empleo científico y tecnológico. Es cierto que había aparecido ya en varios medios, pero en este caso, además de los datos hemos intentado aportar ciertos elementos interpretativos para aportar valor a la noticia. Probablemente si se hubiera tratado de repetir y difundir el dato, nos hubiéramos limitado a una brevísima reseña en este blog. Sin embargo, en la Circular del portal nunca hemos hecho corta y pega de las redacciones de las agencias, y no vamos a empezar a hacerlo ahora.

Además, ese porcentaje es un dato estable: en la misma encuesta de hace dos años (referida a los doctores que habían obtenido su título entre 1990 y 2006), también constaba que el 96,4 % estaba activo a 31 de diciembre de 2006.

En segundo lugar, hemos publicado esa noticia porque se parece más a «hombre muerde a perro» que a «perro muerde a hombre». Se trata de una cifra absolutamente insólita que exige una explicación. No váis a encontrar una explicación en la redacción de la circular, en ella sólamente se sugiere que el doctorado es una vacuna contra el peor infierno de un trabajador, a saber: el desempleo a largo plazo sin horizonte de mejora. Es el infierno personal de miles y miles de trabajadores de la construcción que no saben hacer otra cosa, que no tienen formación suficiente para optar a un puesto mediocre como administrativo. Es el infierno personal de los mineros que se aferran a sus puestos de trabajo a pesar de que les está comiendo la salud porque no  tuvieron la astucia para emigrar a zonas más desarrolladas con ocupaciones diversificadas cuando había cifras de desempleo históricamente muy bajas.

En tercer lugar, hemos publicado esa noticia porque interesa a los lectores, como ha demostrado la participación. Ese es el motivo por el que hemos elegido un titular tan simplificador, escueto,  y polémico. Seguramente haya sido un error, porque los doctores en paro que leyeron la noticia se han sentido, con razón,  ninguneados.

Nuestra atención no era ningunear a nadie, aunque desde luego deberíamos haberlo esperado. La circular se envía automáticamente a los inscritos en el Portal de empleo I+D+i, y naturalmente muchos de estos inscritos o están en paro o están buscando un empleo más acorde con sus intereses y aspiraciones. Al leer que sólo hay un 2,08 % de paro doctoral después de haber leído que no hay nadie en paro, la indignación es una reacción muy excusable. No tanto, la acusación de mentirosos y vendedores de humo.

*** A continuación, pasamos a resumir el contenido de los comentarios***

Los lectores han coincidido en la mayoría de las opiniones sobre la noticia.

1) Como ya hemos apuntado, la acusación de mentir está muy extendida, aunque con variaciones. A veces se distingue y se afirma que es el INE quien miente, otras veces no se distingue entre la noticia (la existencia de ese dato) y ese mismo dato.

2) Si el dato es cierto, es porque los doctores están en el extranjero

3) Si el dato es cierto, es porque los doctores trabajan de cualquier cosa menos que de lo suyo.

Es verdad que el universo en este caso no está claro, ya que ni en la nota de prensa ni en ningún otro lugar he podido encontrar un número total de encuestados. La encuesta, además, contiene solo porcentajes puros. Así, es difícil saber qué valor absoluto tiene ese ya famoso 2,08 %. Pero en una noticia no podíamos especular sobre las metodologías del INE.

Pongamos que la encuesta esté mal hecha, y que en realidad haya tres veces más paro (esto significaría que la encuesta está MUY MAL hecha). Tendríamos un paro doctoral del 6,24 %, que sigue siendo una ridiculez en comparación con la tasa global de paro, que ronda en España ya cerca del 20 %. Evidentemente, los doctores que se han ido pero tienen empleo, no están en paro. Y los que trabajan de comercial, de administrativo, de camarero o de director general de una empresa, tampoco.

***Por último, insistimos en el sentido de la noticia***

La moraleja positiva que queríamos comunicar con el artículo se mantiene. Volviendo sobre el punto segundo, hay que dejar muy claro que  el paro a largo plazo sin horizonte de empleabilidad no es el infierno profesional de los doctores.

Me explico. Una cosa es tener trabajo.

Otra cosa es tener un trabajo digno, y ese es un derecho constitucional. Lo anterior no, porque puedes tener un trabajo pero que estés siendo explotado.

Una tercera cosa es tener un trabajo bien pagado.

Una cuarta cosa distinta es tener un trabajo relacionado con la cualificación y la formación propias. Esto no es un derecho, sino una expectativa. Es normal que los doctores tengan la expectativa de trabajar de lo suyo. Pero esas expectativas son personales y privadas. Yo, por ejemplo, estudié filosofía y sólo en mi más cándida juventud pensé que me dedicaría a ello. No me indigno porque nadie quiera pagarme para filosofar. Y, sin embargo, sé que los filósofos tienen una enorme capacidad de adaptación, y tienen un paro relatívamente reducido. Otra cosa muy distinta es que les guste su trabajo. Pero insisto en que, con los tiempos que corren, imponer la condición de que te guste tu trabajo para tener un trabajo es un mero capricho.

Cuando alguien decide hacer un doctorado, las consideraciones personales son un componente muy importante: se trata de una tarea bonita, personal y creativa, que te permite ser el mayor experto en algo.

El infierno profesional de los doctores es confundir las consideraciones y las expectativas personales con el engranaje social. Ser doctor te pone en mucha mejor posición que a un obrero a la hora de encontrar trabajo. Pero hay muchos tipos de trabajo, y muchos de ellos son dignos aunque no tengan la categoría profesional de doctor.

Por Jaime Capitel