UP2P: El modelo venidero

Durante los últimos años ha habido un debate extenuante sobre cómo la universidad iba a reformarse a sí misma cuyo resultado ha sido un proceso de reforma vertical con el que los protagonistas de la educación no se han sentido identificados. Como es lógico, como los resultados están lejos de satisfacer a nadie, y mucho menos a la mayoría de la sociedad o a la mayoría de las empresas, el proceso sigue.

Empezamos a reconocer nuevas realidades, modelos RADICALMENTE distintos. Modelos que cuestionan la autoridad y el papel del aprendiz en el proceso formativo; modelos impulsados por la motivación de los participantes, más que por el objetivo formal de obtener un título que valga mucho (supuestamente) en el mercado laboral.

Hoy ha aparecido en el notiweb una noticia tomada de El País Digital, sobre una iniciativa denominada Universidad P2P.

Para el que no lo sepa, P2P se refiere al modelo peer to peer, que se inauguró a finales de los noventa con el programa Napster. Por lo tanto, es un modelo que siempre ha estado al margen de lo institucional, y más decantado hacia el activismo, más o menos, anónimo. Se comparte desinteresadamente, no hay dinero de por medio, y se mejora la cantidad y la calidad de la información disponible. Esto pasaba con Napster, y puede ocurrir ahora, aunque sin reproducir los problemas de copyright, en el ámbito de la educación superior.

Por el momento, los cursos están muy centrados en el ámbito de la programación, pues, como explica la noticia de El País, la iniciativa surge de la constatación de estudiantes de informática, que, tras graduarse, se dieron cuenta de que los lenguajes que habían aprendido estaban anticuados. En P2P university, se enseñan estos lenguajes por profesionales que los están utilizando todos los días. Y sin pagar un duro, por el momento.

Es una excelente manera de complementar la educación formal, e incluso una manera estupenda de obtener reconocimiento, en el caso de tener contenidos valiosos que ofertar (y mucho tiempo que dedicar) pero no un espacio formal donde impartirlos.

Por Jaime Capitel