El ingeniero, Alemania y la pasión hispánica

Nos hacemos eco de un artículo de Xavier Pujol Gebellí aparecido el pasado miércoles en el notiweb acerca de las ofertas de empleo alemanas para profesionales españoles altamente cualificados. Es un asunto que está dando mucho que hablar, para bien de la universidad española, para mal de la valoración social de las altas cualificaciones en el mercado laboral español; para bien y para mal de la política y la economía alemanas. Sirva este copiapega como anticipo de una próxima noticia en la circular al respecto, en la que también intentaremos reflejar cómo se ha difundido la noticia en Alemania.

A la caza del ingeniero

Alemania bucea en el mercado laboral español en busca de ingenieros, aunque parece que también hay lugar para médicos y otros profesionales cualificados. La pirámide demográfica les obliga, así como también una cierta pérdida de encanto de la profesión con respecto a los jóvenes germanos. Así las cosas, nosotros los formamos y ellos los emplean.

Según diversas estimaciones, Alemania precisa cubrir entre 35.000 y 40.000 plazas de ingenierías diversas. Y su mercado interior, al parecer, no da para tanto. A efectos prácticos, salen anualmente tantos ingenieros de las universidades germanas como los que se jubilan, con una ligera ventaja en la balanza para los primeros. Pero es tan poca la diferencia, que difícilmente se alcanzan números interesantes como para cubrir todas las vacantes. La solución que han previsto las autoridades del país teutón son las clásicas: si aquí no tenemos, repiten desde hace casi un par de años, los importamos. España parece ser un buen caladero para pescar, añaden.

Y así está siendo. De un tiempo para esta parte, en especial en el último año, las ofertas de trabajo para ingenieros españoles se han multiplicado. Y no son pocos los que ya han aceptado un cambio de aires o los que se lo están planteando. Razones a favor no sobran, empezando por el sueldo y terminando con la oportunidad de desarrollar una carrera profesional en condiciones. Un panorama muy distinto al que ahora mismo hay en España y no sólo por razones coyunturales enfatizadas por la crisis económica. Subyacen las estructurales, aquellas a las que, de momento, nadie parece dispuesto a echarles mano de forma contundente.

Las razones coyunturales para el ingeniero español, con una tasa de paro que supera por poco el 10% (entre el doble y el triple de hace unos años para un sector en el que se habla de un paro rotacional de entre el 3% y el 5%), podrían dejar traslucir lo que algunos consideran un «mal momento» si se aplicara una lectura optimista. En poco tiempo, se aduce, debería volverse a una cierta normalidad. A lo sumo, en un lapso de 3 a 5 años. Pero esta es una lectura interesada.

De ingenieros los hay de todo pelaje. Desde el informático, al experto en telecomunicaciones pasando por los que intervienen en «caminos, canales y puertos». Para que tuvieran oportunidades reales de realizarse profesionalmente, hay cosas sustanciales que deberían cambiar. Por ejemplo, la inversión en obra pública, hoy en claro retroceso, o también obra privada, precisamente la protagonista de la burbuja financiera con la que arrancó la crisis actual. He ahí dos de las grandes bolsas de paro.

La tercera bolsa, tanto o más importante, aunque no en términos cuantitativos pero sí cualitativos, es la que tiene que ver con el sector industrial, muy particularmente, con el de base tecnológica o con áreas de I+D de alto potencial. Tal vez ahí los números sean más pobres, pero eso no significa en absoluto que no sean necesario, sobre todo en el futuro. Que las cifras sean las que son es indicativo, en todo caso, del nivel de la industria española, que por sus características apenas precisa de ingenieros y, por desgracia, tampoco de doctores o licenciados de forma masiva.

Eso sí ocurre en Alemania, pero también en Reino Unido o en Francia. Tiene mucho que ver con el modelo industrial y, por consiguiente, por una cierta apuesta de su modelo productivo. Un modelo pensado no sólo para atender la demanda interior, sino también para satisfacer las exigencias de un mercado globalizado. Alemania es, en este sentido, un claro ejemplo de una voluntad establecida hace años, la de competir internacionalmente con productos que equiparan su marca a un estándar de calidad. Eso, entre otras razones, les ha permitido ser líderes en exportaciones hasta la irrupción de China. Y no precisamente en unos pocos sectores.

Alemania parece dispuesta a recuperar el liderazgo perdido. Y también parece enfrascada en garantizar un crecimiento sostenido de su economía. Para ello ha dispuesto medidas que entiende imprescindibles. De un lado, formar talento propio con vistas al medio plazo; del otro, y para cubrir sus necesidades actuales, captar talento externo para inserirlo en su sistema productivo. Dicho de otro modo menos sutil, contratar mano de obra cualificada o, si lo prefieren, cerebro de obra.

Con esta operación salen ganando los ingenieros españoles, además de otros profesionales cualificados que puedan recibir una oferta, médicos entre ellos. España y Alemania, a través de un convenio bilateral, da salida a unos profesionales con dificultades para encontrar trabajo o a aquellos que sí lo han encontrado pero en condiciones precarias, rayando el mileurismo y una temporalidad excesiva.

A cambio, sin embargo, nos quedamos sin talento en estas áreas. Un talento que sería extraordinariamente útil en el caso de que España diera un vuelco a su modelo productivo y nuestras empresas tuvieran un nivel de tecnificación suficientemente alto como para competir en igualdad de condiciones en el mercado global de calidad. El vuelco no va a ser posible de un día para otro, eso es claro. Pero tampoco lo va a ser sin la adecuada valentía política, sin medidas de formación y ocupación adecuadas y sin inversión en valores estratégicos. No lo fomentó el Partido Popular en su anterior mandato ni tampoco lo ha hecho el Partido Socialista en el actual. Tal vez llegue el día en que alguien tenga esa visión y la defienda contra viento y marea. Los dos principales partidos del país, lamentablemente, no parecen estar por la labor.

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2 comentarios

  1. Soy Ingeniero, hablo Inglés y me gustaría saber como hago para aplicar a estos trabajos en Alemania. Se tiene que contactar a la embajada. A traves de que recursos o medios, solo paginas webs tipo infojobs…por favor si tienen esta información agradecería recibirla.

    Gracias.

    Un saludo,

    Yraida

  2. Estimada Yraida:

    Hemos cubierto esta noticia en la Circular informativa de empleo I+D+i del mes de febrero, le dejo el enlace a continuación:

    http://www.madrimasd.org/informacionidi/noticias/noticia.asp?id=47409

    Según lo que averiguamos en su momento, para solicitar este tipo de ofertas de trabajo se puede recurrir a los coordinadores Eures en España, así como a agencias privadas de empleo alemanas y a las ofertas de empleo de los diarios alemanes. Hay que tener en cuenta que, por lo general, se exige un nivel de alemán medio, aunque en algunas empresas se pueda suplir inicialmente con un buen conocimiento de inglés.

    La página de eures para localizar a los coordinadores EURES es la siguiente:

    http://ec.europa.eu/eures/main.jsp?catId=3&acro=eures&lang=es

    Espero que esta información le sea de utilidad.

    Atentamente,

    Jaime Capitel

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