El Semanario Charlie Hebdo atacado por varios encapuchados
El semanario satírico francés Charlie Hebdo vuelve a estar en los medios de comunicación de todo el mundo, y de forma involuntaria. El motivo, en esta ocasión es el ataque sufrido durante la noche del 2 de noviembre por varios encapuchados que lanzaron varios cócteles molotov uno de los cuales provocó un incendió que destruyo las instalaciones de la revista.
La causa de este ataque parece estar en la publicación del número de esta semana, que rebautizado con el nombre de Charia Hebdo, lleva en portada una caricatura de un hombre con turbante, túnica blanca y barba que sonríe y dice “100 latigazos si no te mueres de risa”. Además habían nombrado a Mahoma redactor jefe. El objetivo, según los responsables de la revista era dedicar este número a las elecciones celebradas en Túnez y en las que resultaron ganadores los islamistas moderados del partido En Nahda.
Al mismo tiempo del ataque físico, la web de la revista sufrió un ataque informático quedando inutilizada durante un tiempo.
La iniciativa de los responsables de la publicación provocó un aluvión de críticas en las redes sociales, lo que llevó a su director, el dibujante Charb , Stephane Charbonnier, a declarar a AFP: “Nuestra intención no era molestar a nadie. Simplemente, queríamos tocar un tema de actualidad con el humor que caracteriza a la revista.”
No es la primera vez que esta publicación tiene problemas de este tipo. En 2006, tras reproducir las caricaturas de Kurt Westergaard, que habían sido publicadas en el periódico danés Jyllands-Posten recibió amenazas e incluso llego a ser denunciado por el Consejo Francés del Culto Musulmán, denuncia que fue desestimada por el Tribunal de Gran Instancia de París.
Charlie Hebdo se publica desde 1970 y en la actualidad tiene una tirada de 50.000 ejemplares, que en esta ocasión se agotaron a las pocas horas.
La Federación Europea de Periodistas (FEP) ha condenado estos ataques, como también lo ha hecho el gobierno francés y la oposición, así como los medios de comunicación y un gran número de intelectuales galos, entre ellos uno de los caricaturistas más importantes, Plantu. Organizaciones como SOS Racisme, La Federación Internacional de Derechos humanos, también se mostraron contrarios al ataque. La FEP, a través de su presidenta, Arne König, declaró en un comunicado que “cualquier ataque violento y criminal contra los medios de comunicación y periodistas es un ataque a la libertad de prensa. Condenamos enérgicamente este acto”. También el presidente del Consejo Francés de culto musulmán Mohammed Moussaui, declaró su condena por el incendio, pero señaló que “caricaturizar al profeta” es considerado como una ofensa por los musulmanes. También ha condenado el ataque el jefe de la Asociacón de Imanges de Francia, Tared Oubrou.
El diario Libération la revista Nouvel Observateur ofrecieron sus espacios a la redacción del semanario satírico, que ha elegido la sede del primero para seguir trabajando.
Hay quien ha salido en defensa de la publicación, o más bien contra el integrismo musulmán, sin embargo poco dicen de las manifestaciones que otro tipo de extremistas, en este caso católicos, han protagonizado contra la obra “Sul concetro di volto nel figlio di dio” de Romero Castellucci. En este caso su razón es porque la escena está presidida por un rostro de Cristo pintado por el pintor renacentista Antonelo da Messina
Sin ningún género de duda estos acontecimientos son deleznables y dicen poco de la condición humana. Un vez más es el dibujo humorístico el foco del ataque de los extremistas, y con ello la libertad de expresión y de prensa ha quedado en entredicho, y el humor, “considerado como una cualidad que denota inteligencia por los intelectuales clásicos y perseguido por las autoridades religiosas, ahora es considerado como una ofensa”, como podemos leer en La Vanguardia.
