Las diferentes caras del terrorismo ambiental en el siglo XXI

La sala de Juntas de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense acogió el pasado miércoles por tercer año consecutivo, la jornada sobre bioterrorismo, en esta ocasión dedicada al terrorismo ambiental

¿Puede el ser humano crear tecnologías tan avanzadas que consigan generar un efecto rebote y atentar de manera indirecta también contra el ser humano? El ansia de dominación del hombre le ha llevado a su destrucción en ocasiones. Así, son muchos los ejemplos que encontramos a lo largo de la historia. Uno de los más sonados fue el de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki aunque hay otros más recientes, cuyas causas no derivan directamente de la mano del hombre, sino por la naturaleza que reclama su posición en el mundo.

Sobre estas y otras muchas cuestiones versaron las ponencias de la jornada sobre bioterrorismo organizada por el Centro de Vigilancia Sanitaria (VISAVET) UCM. De este modo, cada una de ellas se dedicó a abordar el tema del terrorismo ambiental desde una perspectiva muy diferente. El acto lo abrió Reyes Feito Castellano con su intervención “En Defensa del Medio Ambiente”, focalizado en las labores que realiza el ministerio de Defensa para cuidar y potenciar la sostenibilidad ambiental y fomentar a su vez, nuevas políticas en el marco de la eficiencia energética. Feito, Subdirectora general de Sostenibilidad Ambiental y Eficiencia Energética del Ministerio de Defensa, comentó que uno de los puntos fuertes en los que están interesados es en el de concienciar a la sociedad de la importancia de cuidar cada día el medio ambiente. Además, añadió en su discurso, un dato significativo, que pone de relieve los esfuerzos que hace el Ministerio de Defensa en esta materia, ya que, es el único Ministerio de España que elabora una memoria de responsabilidad social corporativa.

Tras esta intervención fue el turno de dos investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). El primero fue Mark Theobald, quien consiguió trasladar de manera sencilla por medio de una presentación muy esquematizada y bien hilada, sus conocimientos como físico ambiental. El tema que desarrolló fue, “Utilización de modelos de dispersión para análisis de riesgo en ataques terroristas con gases”. Después Alberto Sanz Cobeña profesor investigador de ETSI Agrónomos de la UPM habló del “cambio climático y la pérdida de biodiversidad como catalizadores del terrorismo internacional”. Sanz comenzó con su discurso haciendo referencia al panorama económico actual y señaló, “no sólo estamos en una crisis económica, hay una crisis ambiental de la que no se habla tanto”. Las reflexiones fueron en todo su discurso en la dirección de que debemos plantearnos los cambios tan drásticos que se están produciendo en un periodo muy breve de tiempo y a los que muchos países, más bien los desarrollados, están dejando de lado por otros intereses. Problemas como el calentamiento global podrían desencadenar catástrofes incontrolables a corto plazo y a los cuales hay que ponerles más que un remedio de mitigación. Otra de las ideas claves que se barajaron en esta ponencia fue la relación existente entre cambio climático y migraciones.

La última ponencia antes de la pausa para la comida fue la de María Jesús Muñoz Reoyo, jefa del Grupo de Epidemiología y Sanidad Ambiental del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA) del INIA. El tema de la ponencia giró en torno a los “Factores de riesgo en las amenazas ambientales actuales”. La exposición se centró en buena parte en las aves migratorias como vectores de la gripe aviar y en segundo lugar, con la enfermedad hemorrágica de Crimea-Congo. Según Muñoz hay mucha información disponible en la red que podría ser utilizada con fines poco éticos.

La primera ponencia que tuvo lugar tras la pausa estuvo a cargo de Jesús Castro Catalina, jefe del Servicio de Radioprotección del Centro Nacional de Sanidad Ambiental del ISCIII. Castro tomó para su exposición los dos accidentes nucleares más conocidos por la sociedad hasta el momento. Por una parte, el acontecido en 1986, el de Chernobyl y el caso reciente de marzo de 2011, el accidente en la central nuclear de Fukushima en Japón. El experto analizó las consecuencias que ambos accidentes están teniendo y pueden tener en los próximos años. Pero sobre todo Castro trató de hacer ver a los asistentes que no hay que alarmar a la población porque hay lugares del planeta como India y Brasil, entre otros, dónde los niveles de radiación son más altos de lo normal y tras sucesivos chequeos a los pobladores de estas zonas, no se ha registrado ninguna anomalía. Sin embargo, hay que tener en cuenta los efectos que estas catástrofes tienen, pues pueden extenderse a todo el globo terráqueo por la facilidad y la rapidez con la que se propagan, y sus efectos pueden durar años y dejar marcada una población con enfermedades como determinados tipos de cáncer, a veces, durante décadas.

La última ponencia y clausura de esta jornada estuvo a cargo de Luis E. Martín Otero, Coronel Veterinario en la reserva, coordinador de la Red de Laboratorios de Alerta Biológica (RE-LAB) en el Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET) UCM y organizador de esta jornada que ya va por su tercer año consecutivo. En este caso la temática que se trató fue “El Terrorismo Ambiental del siglo XXI”. Martín Otero condujo su discurso por los cauces de la reflexión al plantearnos hasta la propia naturaleza del ser humano como individuo bélico por naturaleza y con ansias de manejarlo todo. Sin embargo, ¿se ha llegado a controlar a la naturaleza con nuestras tecnologías y medios? La respuesta es que no y prueba de ello son las catástrofes naturales que tienen lugar en diferentes partes del planeta cada cierto tiempo. Además habló de uno de los temas candentes como es el eco-terrorismo que son un conjunto de prácticas de índole terrorista que afectarían contra el hombre, los animales, las plantas y el medio ambiente. Una de las múltiples opiniones que se barajaron fue que la modificación del clima en el futuro no muy lejano podrá formar parte de nuestra seguridad nacional e internacional.

Ya son muchas las películas futuristas en torno al 2050 que acercan los problemas de un planeta donde seguramente haya escasez de agua, de alimentos e incluso de oxígeno por la falta de masa vegetal, u otras donde se habla de armas de destrucción masivas capaces de hacer explotar el planeta en menos de lo que nos podamos imaginar. Estamos a tiempo de desacelerar y de escuchar también a lo que pide la naturaleza, prudencia por parte del ansia de gobernarlo todo del hombre.

Mas info: III Jornada sobre Bioterrorismo. Terrorismo Ambiental. Seguridad y Defensa

Rosae Martín Peña

Servicio de Informática y Comunicación
Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET)
Universidad Complutense de Madrid

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