David Barrado y Navascues

Se marcha. Sin dar portazos, pero con amargura. Después de cuatro años intentando penetrar las barreras del sistema de I+D, ha decidido que es más fácil regresar a EEUU, que no merece a pena intentar hacer Ciencia aquí.

No es el primer caso, ni será el último. Durante los próximos meses asistiremos a un goteo de científicos contratados por el programa Ramón y Cajal que desisten, tiran la toalla y deciden marcharse o dejar la investigación.

No quiero decir con esto que los RyC debieran ser la élite científica o algo similar. Pero probablemente sean los investigadores más evaluados y controlados durante los últimos años, además de sobrellevar una parte muy importante de la investigacion que se realiza en nuestro país.

Estos investigadores forman parte de un colectivo de gente muy bien formada, que en su mayor parte ha realizado una o varias estancias postdoctorales en centros de prestigio de fuera. Son personas no sólo con  un gran potencial cientîfico, sino que ya están asentadas aquí. Están intentando, o lo han conseguido, la formación de equipos de investigación en áreas punteras. Como cualquiera, tambien tienen familias, hipotecas…

El programa Ramón y Cajal prometía mucho: un contrato competitivo que permitía realizar investigación de manera independiente, con la posibilidad de estabilización si se pasaban las evaluaciones adecuadas.

Para muchos ha sido así. Sin embargo, debido a la diversidad de su situación legal y de políticas en las OPIs y universidades, una parte substancial no a podido desarrollar adecuadamente su labor, o no puede estabilizarse, a pesar de haber superado con éxito tres evaluaciones independientes por parte de la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva, además de haber superado la evaluación del programa I3, destinado a la incentivación de la contratación estable.

Los RyC no son los únicos investigadores que sufren las consecuencias de la falta de una verdadera carrera investigadora. Pese a los últimos esfuerzos  gobernamentales, sigue persistiendo mucha incertidumbre. Los becarios/contratados predoctorales y postdoctorales se enfrentan a años de nomadeo (lugares y financiación) sin perspectivas claras y en condiciones precarias en bastantes casos. Y la estabilización posterior parece una quimera. Por otra parte, muchos científicos asentados se encuentran con falta de motivación, y de sensibilidad social y oficial ante su trabajo. Faltan incentivos.

Me pregunto por qué la sociedad española sigue dando la espalda a la Ciencia y a los investigadores. ¿Qué estamos haciendo mal?

ENLACES:
Los investigadores del programa Ramón y Cajal en el área de Astrofísica
Réquiem por un investigador
Francia y España: diferentes tipos de carreras científicas
A golpes: los investigadores RyC, su estabilización y los jueces
Más sobre los investigadores del programa Ramón y Cajal 
«¡Que inventen ellos!». Sobre la investigación y los contratados del programa «Ramón y Cajal»

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2 comentarios

  1. ¿Qué estamos haciendo mal? (con la Ciencia en España).

    En mi opinión, una de las varias cosas que se están haciendo mal es pensar que sólo con el dinero público se puede hacer un sistema de ciencia-tecnología sostenible.

    Por ejemplo, cuando se piensa en la estabilización de los RyC, sólo se considera su incorporación a organismos públicos de investigación, con el consiguiente aumento de la nómina de investigadores en el sector público.

    Ahora bien, es fácil constatar en las estadísticas oficiales (véase por ejemplo el sitio de Eurostat) que el número de investigadores en el sector público español (por millar de trabajadores) es muy similar al de, por ejemplo, Alemania.

    La diferencia entre la Alemania donde trabaja Cirac y la España de nuestros RyC es que allí hay un sector privado que saca rendimiento del conocimiento científico, el de todos los Cirac’s y RyC’s que andan por el mundo, no importa, en realidad, dónde hagan su trabajo.

    ¿No hay en España ni una sola empresa que esté interesada en contratar a los RyC, con sus impresionantes curículos y todas sus evaluaciones positivas? Pues sí, sin duda, hay algo que se está haciendo mal.

  2. Sí, la poca implicación de las empresas privadas es un factor. Pero no el único. Hay muchoas más, importantes y aparentemente pequeños. Una verdadera madeja. No sé si es mejor cortar el nudo y empezar de nuevo, o intentar deshacerlo poco a poco.

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