David Barrado y Navascués

Hace seis años, en el Parlamento, se prometió el inicio de una carrera investigadora similar a la anglosajona, con evaluaciones continuadas hasta llegar a la estabilización. Así nació el programa Ramón y Cajal. Hoy es el último día de trabajo de los primeros contratados.

Este programa tenía como objetivo el atraer a científicos con talento para asentarlos en el sistema español de Investigación y desarrollo. Muchas gente, tanto dentro como fuera del país, creyó en él. Un buen número si han entrado dentro del sistema, por muy diversos cauces, algunos más adecuados que otros. Ahora, los primeros contratados cumplen los cinco años del contrato, terminan hoy. De aquí a final de año serán unos 250 investigadores que no ven salida inmediata. En muchos casos su investigación tiene una calidad contrastada. Me pregunto si la sociedad española puede prescindir de estos y de otros investigadores en situación precaria que no ven que haya una estructuración real del sistema de I+D y de la carrera del investigador. ¿Qué ocurrirá mañana?

Provecho para incluir un enlace a una entrevista a Narciso Benitez, que aparece hoy en un diario de distribución nacional. Narciso es un RyC que trabaja en el Instituto Astrofísico de Andalucia, y un especialista en Cosmología.

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Un comentario

  1. Luego nos preguntamos por qué los chavales no quieren estudiar física, en fin…

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