ESAC, puerta de entrada al espacio para futuros investigadores

Todos los grandes científicos fueron en algún momento jóvenes, y seguramente muchos – si no todos – se preguntaron en algún momento por qué camino llevar su carrera.

“Es fantástico”, dice Laura Barragán, estudiante de último año de Física en la Universidad Complutense de Madrid y este año becaria pre-doctoral para trabajar en el equipo del telescopio de rayos gamma de la ESA, INTEGRAL, cuya sede científica se encuentra en ESAC. “Es una oportunidad para poder hacer ciencia antes de acabar la carrera: trabajas con datos de verdad, con un proyecto de verdad, en un equipo científico de primer nivel.

El programa de becas pre-doctorales de ESAC empezó ya con el telescopio espacial ultravioleta IUE, que observó el cielo durante más de 18 años, ESAC se llamaba entonces ‘Vilspa’. En 2004 se decidió reforzarlo, y el resultado ha sido que en los últimos 3 años lo han aprovechado 25 estudiantes en total. Su lugar de procedencia también se ha ampliado: si antes el único centro de origen era la Universidad Complutense de Madrid, hoy vienen además de las universidades de Leicester y Warwick (Reino Unido), de las universidades de Bonn, Tübingen y Aachen (Alemania), y del Instituto de Tecnología de Linköping (Suecia).

Los estudiantes trabajan en proyectos relacionados con los telescopios cuya sede científica está en ESAC: XMM-Newton, de rayos X; INTEGRAL, de rayos gamma; Planck, que observará el fondo de microondas cuando sea lanzado, en 2008; y Herschel, el gran telescopio espacial para el infrarrojo lejano que se lanzará conjuntamente con Planck.

Son algunas de las ‘joyas de la corona’ de la ESA en lo que respecta a la ciencia espacial, pero no hay que dejarse impresionar. Como explica el Dr. Marcus Kirsch, responsable del programa en ESAC; “buscamos a estudiantes de último curso, no hace falta que tengan experiencia alguna ni en rayos X, ni en observaciones astronómicas… Buscamos sobre todo a personas con mucho interés, emprendedores y con ganas de trabajar en equipo. Eso es fundamental aquí, entre otras cosas porque los conocimientos se ponen en común, y todos aprendemos unos de otros”. Es indispensable, además, el dominio del inglés, el idioma de la ciencia internacional.

La experiencia del Dr. Kirsch es que el tipo de ‘enseñanza’ que ofrece este programa garantiza muy buenos resultados. “Ofrecemos la posibilidad de hacer ciencia en el trabajo diario, complementando con ello el plan de estudios que ofrecen las universidades y para las cuales es más difícil por su intenso programa aplicar enseñanzas en la vida real. Y es sorprendente la curva de aprendizaje que observamos en los estudiantes en apenas seis meses. En ese tiempo ya están listos para empezar un ‘máster’ o un doctorado”.

Laura Barragán escogió trabajar en Integral, y el resultado es que tendrá una publicación ya antes de terminar la carrera, algo que le beneficiará a la hora de solicitar becas de doctorado. Para ella ha sido esencial, además de los conocimientos científicos, «el trabajar en un entorno internacional. Me encanta. Aprendes mucho más que ciencia». No descarta el irse al extranjero una vez acabada la carrera.

Pilar Esquejo, becaria pre-doctoral en ESAC en 2004, ya está cumpliendo ese sueño. Está desde enero en el prestigioso Instituto Max Planck para Física Extraterrestre, en Garching (Alemania), donde sigue trabajando con el telescopio XMM-Newton. «El proyecto en ESAC fue para mi muy completo. Trabajé con software, análisis de datos… acabó determinando el tema de mi doctorado». ¿Dónde le gustaría acabar investigando en el futuro? «En la ESA».