De estrellas y planetas: la ubicuidad de los discos

Amelia Bayo

MPIA, Heidelberg

 

El pasado día 11 de octubre  el Max-Planck-Institut für Astronomie (mi «casa científica actual») hizo publica una nota de prensa conjunta de dos resultados científicos que se complementan muy bien y en uno de los cuales yo he estado involucrada.

En la parte inferior de la imagen vemos la representación artística del objeto aislado de masa planetaria (izquierda) y su posible antecesor (derecha). Créditos: V. Ch. Quetz y A. M. Quetz, respectivamente. El panel superior muestra la distribución espectral de energía del objeto joven de la nota de prensa, que nos da una idea de las distintas componentes que forman este objeto (en este caso una fuente central y un disco) viendo cuanta energía es emitida en conjunto para cada longitud de onda. Para hacernos una idea un objeto caliente emite el máximo de su energía a longitudes de onda mas cortas (azul) que un objeto frío que tendrá su máximo de emisión a longitudes de onda mas largas (rojas). Por ultimo en el panel vertical de la derecha se muestran las lineas de emisión (de hidrógeno) que usamos para determinar con que eficiencia el objeto central esta recibiendo material del disco.

 

La idea de la nota de prensa es mostrar la evolución de objetos con tan baja masa que están en la frontera entre lo que llamaríamos enana marrón y objeto aislado de masa planetaria (según las reglas de la Union Astronómica Internacional, para que un objeto poco masivo reciba el nombre de planeta debe de, por ejemplo, orbitar una estrella).

Por un lado se presentaba un objeto descubierto por Michael Liu (de la Universidad de Hawaii, EEUU) y colaboradores con masa similar a seis veces la masa de Júpiter, una edad estimada en unos 12 millones de años y a solo 80 años luz de la tierra. Cuando uno ve estos objetos se pregunta: ¿cómo se ha formado? ¿se ha formado como una estrella? ¿como un planeta y ha sido expulsado del sistema en el que se formó?

Con mi principal grupo de colaboradores en el Centro de Astrobiología (CAB, en Madrid) hemos mostrado objetos extremadamente jóvenes (por debajo del primer millón de años que es el tiempo que, a grosso modo, una estrella tipo solar tarda en formarse) que podrían ser los progenitores de las enanas marrones. También hemos probado (al igual que otros grupos) como estrellas y enanas marrones tienen propiedades muy parecidas cuando son bastante jóvenes (en los primeros diez millones de años). Todos estos resultados apuntan a que las enanas marrones comparten el mismo mecanismo de formación que las estrellas, pero ¿cuán bajo en masa puede este mecanismo de formación seguir funcionando?

Y aquí es donde entra el estudio en el que he participado, que tiene que ver con el segundo objeto de la nota de prensa, y que está liderado por Viki Joergens (del MPIA, Alemania): Lo que hemos mostrado es un objeto muy joven (sobre el millón de años) y con una masa de 12 veces la masa de Jupiter que aun preserva su disco y acreta material de un modo extremadamente eficiente de este disco. Es el objeto de masa más baja descubierto hasta ahora con estas características, lo cual nos permite extender esta hipótesis de que objetos de muy baja masa se pueden formar de un modo similar a las estrellas hasta la frontera de masa planetaria.

¡Puede que finalmente estemos encontrando los antepasados de estos «objetos aislados de masa planetria»!

 

 

PD (2013/X/23):
«La ambigüedad de enanas marrones y planetas solitarios«, por Alicia Rivera

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Un comentario

  1. Interesante articulo como lo suelen serlo los articulos de bitácora estelar.

    El motivo particular de escribiros es preguntaros por el cometa ISON. He visto el siguiente articulo en un blog de imagenes y me pregunto hasta que punto sera cierto o no el evento

    http://www.cuantarazon.com/crs/2013/09/CR_859217_fenomenos_naturales.jpg

    me resulta creible que sera visible a simple vista, pero no tanto que su luminosidad sea tal como la de la luna.

    Felicitandolos nuevamente por su labor de divulgación científica, un saludo.

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