La gasificación de biomasa, para la producción descentralizada de energía eléctrica a baja potencia

Uno de los mayores problemas en la generación de energía eléctrica en plantas de media y alta potencia es la falta de planes integrales de abastecimiento de la materia prima. Su descentralización y los costes derivados del transporte, hacen que en muchos casos no sea rentable su uso. De esta manera, se apuesta por la gasificación de biomasa y de residuos orgánicos, para la producción de energía eléctrica de baja potencia, en las zonas en las que se produce y almacena la materia prima.

Existe un creciente interés por las tecnologías de gasificación de compuestos  orgánicos, que poseen una serie de ventajas frente a los procesos convencionales de combustión o incineración, debido a que la producción de un gas combustible permite una mayor facilidad de manejo frente a un producto sólido como por ejemplo el carbón. Además, la combustión del gas de síntesis posee una mayor eficiencia energética en la producción de electricidad y un menor nivel de contaminantes generados en el proceso.

Se puede afirmar que actualmente no existe un mercado maduro que regule el precio de la materia prima, y cuando el aval para la obtención de la financiación es la propia instalación, se hace imprescindible que el suministro esté totalmente garantizado. La cadena logística de suministro no está definida con certeza, ni en cuanto al coste, ni en cuanto a los componentes de la misma y la dispersión de la propiedad de la biomasa complica la consecución de contratos de garantía.

La solución que se propone es “la ubicación de la instalación en el mismo lugar en el que se produce y almacena la materia prima”, que disminuya los costes de transporte. Pero ocurre, que el  aprovechamiento descentralizado de materias primas posee la desventaja de ser fuentes difusas y de baja concentración. Por tanto, es necesario el “desarrollo de una tecnología de baja potencia, que sea capaz de transformar la energía primaria en energía eléctrica, de una forma eficiente, con óptimos rendimientos finales y con un balance de costes positivo”.


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