La termodinámica de la pizza

Aprovechando el corto pero gratificante periodo vacacional, he terminado de leer “La termodinámica de la pizza” de Harold J. Morowitz. Un libro de divulgación científica altamente recomendable en el que el autor nos lleva de forma sutil e inteligente por diversos campos de la ciencia, con especial dedicación a la termodinámica y a la entropía de los sistemas vivos, área en el que el autor ha desarrollado gran parte de su carrera científica.

El bueno del Dr. Morowitz (haciendo alusión a Isaac Asimov) nos muestra mediante sus vivencias personales su pasión por la ciencia y por la revisión de los datos a la antigua usanza (bibliotecas y repositorios universitarios), unido a un alto grado de multidisciplinariedad. Lo que nos hace intuir una mente analítica y llena de inquietudes, algo que le ha supuesto un gran reconocimiento como biofísico.

El autor, con gran mérito, aborda temáticas científicas complejas y las procesa en un lenguaje divulgativo y entendible para un sector de la población que no tiene por qué ser experto en la materia. Y lo hace además, sin mermar en absoluto la profundidad científica y mezclándolo con altas dosis de humor y optimismo.

Si quieres saber cuál es la razón por la que nos quemamos la lengua a la hora de comer pizza, conocer cuál es la relación entre la transmisión sináptica y la actividad de algunos venenos como el curare, zambullirte en la historia de los primeros científicos y naturalistas como Linneo, Darwin, Thoreau o descubrir que el béisbol es considerado como uno de los deportes más afamado entre los intelectuales norteamericanos, este es tu libro.

Como crítica constructiva diré (tratando de no hacer spoiler) que el autor descompone en diferentes capítulos temas y argumentos muy relacionados, intuyendo que han sido desarrollados en diferentes momentos, y que solapan conceptos de una forma poco didáctica y lógica.

Me quedo con el capítulo sobre software y hardware, y su relación con la dicotomía cuerpo-mente. El Dr. Morowitz nos explica cómo pueden aplicarse las nuevas tecnologías (AI) a las minusvalías físicas, y de una forma elegante y práctica, establece la relación entre lo mental y lo físico, entre lo espiritual y lo terrenal.

 “El optimismo emerge claramente como un imperativo moral, una actitud hacia el futuro que se convierte en una exigencia ética. El optimismo abre posibilidades de futuros progresos, pero no es en sí mismo garantía de que el cambio sea para mejor. Saber que un mundo mejor es posible, es el primer paso del proceso”. La termodinámica de la pizza, de Harold J. Morowitz.

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