Bioterrorismo desde la red. ¡No son virus informáticos!

Según el diario británico The Guardian, cualquier hijo de vecino, con poco más de 50 euros podría hacerse con un agente patógeno a partir de la publicación gratuita de su secuencia genética en cualquier base de datos internacional. ¿Así de fácil?

 

Periodistas de The Guardian fueron capaces de comprarle, a una empresa que se dedica a la síntesis química de secuencias nucleotídicas, un fragmento de un potencial agente infectivo, el virus de la viruela. En el artículo se preguntan si no estaremos ante un peligroso agujero legal.

En realidad, lo que compraron fue una pequeña secuencia del virus de la viruela, y ni siquiera de la cepa silvestre. El virus, ya erradicado, de la viruela es uno de los más grandes y de ciclo replicativo complejo, por lo que su síntesis química constituye, hoy por hoy, una tarea titánica. Sin embargo, la síntesis química de un virus, a partir de la secuencia publicada en bases de datos electrónicos, ya se ha realizado. El grupo de Wimmer, desde Nueva York, fue capaz de construir una copia infectiva del virus de la poliomielitis. Tardó varios años. ¡El virus de la viruela es 30 veces más complejo! Por ello, insisto, aunque técnicamente podría ser factible construir el virus de la viruela a partir de su secuencia lineal -si se dispone del dinero, instalaciones, manos cualificadas, equipos, paciencia y suerte- constituye un reto largo y muy complejo, incluso para los mejores centros de biología molecular del mundo… Por ello, me parece lamentable que un diario, de estos de tirada gratuita, haya tergiversado mis palabras para vender sensacionalismo haciendo creer que, prácticamente cualquiera podría “fabricarse” un agente patógeno en su casa…

En cualquier caso, sensacionalismos aparte, ¿es prudente que secuencias de organismos patógenos sean públicas y gratuitas? Tras el atentado en Nueva York de las Torres Gemelas, y ante el temor a ataques bioterroristas, las autoridades americanas quisieron establecer un sofisticado sistema de censura para impedir que se publicara en revistas científicas información susceptible de ser utilizada con fines siniestros… Sin embargo, los editores de las mejores revistas del mundo y la mayoría de los científicos lograron convencer al presidente Bush de lo contraproducente de la medida; la única forma de establecer un rápido avance en ciencia, coordinación en caso de amenaza biológica (natural o terrorita) y evitar que información clasificada caiga realmente en manos no adecuadas será con el intercambio rápido y transparente de los datos científicos. Esto es, al menos, lo que opinan la mayoría de los expertos. Personalmente, no estoy totalmente convencido de que no se deba de poner algún tipo de control, probablemente entre la propia comunidad científica, para evitar publicaciones que describieran con sumo detalle la elaboración de cualquier compuesto (vivo o no) potencialmente dañino aunque, es cierto, que si solo unos pocos pueden controlar esa información, esos pocos podrían gozar de un poder, asimismo, peligroso…

JAL. CBM (UAM-CSIC)

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Un comentario

  1. La información, la ciencia, no se puede quedar sólo al alcance de unas pretendidas "élites" que trabajan para instituciones controladísimas. La ciencia necesita ser libre. La ciencia es de todos, y toda la información debe estar disponible para cualquiera que desee consultarla.

    Estas noticias persiguen el objetivo inmediato del sensacionalismo rentable y el objetivo a largo plazo de secuestrar información.

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