Último Congreso Mundial de Bioética en Gijón…

Se acaba de celebrar el V Congreso Mundial de Bioética en Gijón, Sede Mundial de dicha materia. Cuatro temas principales y participantes de todos los confines de nuestra Aldea Global discutieron sobre eutanasia, ética en investigación y nuevas leyes… ¿Para qué?

 

SIBI

NO A LA VIOLENCIA

NO A LA POBREZA

Marcelo Palacios, médico y Presidente del Comité Científico de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI), fue, según los prestigiosos científicos, Margarita Salas y Santiago Grisolía, el alma del congreso, el cuerpo de la SIBI, el espíritu de la bioética mundial…

 

Cuatro fueron los temas generales a tratar:

         Libertad y responsabilidad en la investigación

         Comités de Bioética

         Toma de decisiones al final de la vida

         Adaptabilidad de la Bioética

 

Todos ellos merecerían, no una nota en este blog, sino un análisis profundo. No obstante, tras felicitar a Marcelo Palacios y dar la enhorabuena a todo el comité organizador (y a la ciudad de Gijón) por el magnífico evento, querría comentar solo un par de aspectos sobre algunas de las intervenciones:

 

A lo largo de la primera jornada, el doctor Francisco Gracia Navarro, director del Instituto de Salud Carlos III, organismo que coordinará la ejecución de la próxima y prometedora Ley de Biomedicina, describió los principales apartados y novedades de la ley que está en pleno proceso de aprobación en las correspondientes Cámaras. Por supuesto, el plato fuerte de la misma será la regulación de la técnica denominada “Transferencia Nuclear”, más conocida como Clonación Terapéutica. Aunque no viene al caso, lógicamente hubo cierta polémica y comunicaciones claramente enfrentadas de congresistas vinculados con la iglesia católica. Nada fuera de lo esperable. También se regularán los diferentes Bancos de Sangre y Tejidos donde, me imagino, acabarán enmarcados los de muestras de cordón umbilical (privados o públicos). Vinculado con esta ley y el tipo de investigaciones que regulará, una comunicación posterior señaló claramente a España como la “bicoca” de las “donantes de óvulos”. Creo que somos bastante generosos con el pago a estas muchachas cuando, lo que se persigue en Europa, es que se trate de una práctica altruista. Actualmente, la Ley de Reproducción Humana Asistida va en ese sentido… En cualquier caso, esperemos que la Ley de Biomedicina entre en vigor lo antes posible y catapulte la investigación española a los puestos mundiales que nos correspondería por la calidad de nuestros jóvenes y, a veces, insuficientemente considerados científicos.

 

En cuanto a la sesión sobre “toma de decisiones al final de la vida” se habló, lógicamente, de la eutanasia, el testamento vital y los dos tristemente famosos casos españoles (suicidio asistido, en el caso de Ramón San Pedro). Es un tema muy complicado donde se mezcla la ética, la ley, la voluntad del enfermo, libre albedrío, la obligación del facultativo y la necesidad de una regulación muy precisa. Se contó el caso de un enfermo donde, tras un accidente que lo mantuvo temporalmente necesitado de un respirador automático, casi fallece por el hecho de tener escrito en el testamento vital la prohibición explícita de ser mantenido con vida mediante máquinas. Me imagino que a estas horas, vivo y feliz, agradece que finalmente los médicos hicieran una lectura “relajada” de dicho testamento. Tras una de las charlas pregunté, con curiosidad científica más que reprobación, por los límites a “la voluntad” sobre el cómo y el cuándo del final de nuestra vida. El caso de San Pedro parece claro, un hombre “condenado” a la inmovilidad total, aunque cultural y mentalmente estuviera completamente activo. ¡No quería seguir viviendo así…! Pero… ¿dónde ponemos los límites? Al parecer, cuerpo extremamente dañado – mente ágil, como el caso anterior, parecería, para muchos, un caso claro de respeto a la voluntad del enfermo… ¿Y al revés? ¿O si, por poner un ejemplo extremo que se mencionó, un futbolista de élite pierde una pierna en un accidente y decide que su vida no tiene ya sentido, pero quiere que le ayuden a “tomar su decisión” por el motivo que sea…? Insisto que estos ejemplos salieron a lo largo de las largas horas de debate, pausas y pasillos durante el pasado Congreso de Bioética de Gijón… No quiero hacer un ensayo del tema… solo mostrar algunas de las sensibilidades reflejadas por los diferentes congresistas.

 

Finalmente… hice otra pregunta que también quedó sin una respuesta, lamentablemente, contundente: Obviamente, todos los presentes a este tipo de evento mundial tenemos una clara predisposición a la lucha por la igualdad y contra la injusticia (o así quiero pensarlo) pero… ¿Sirve de algo que los que ya pensamos así nos reunamos para tratar entre nosotros lo que ya sabemos? ¿Hay alguna forma de trasladar las magníficas conclusiones y buenas intenciones mostradas en todas las sesiones, a las leyes de los países que más se alejan, precisamente, de la biética, ética o, directamente, derechos humanos?

 

Quiero pensar que sí, que algún día dejaremos de escuchar a una ciudadana de Guinea Ecuatorial (por poner un ejemplo que se vivió) tener que relatarnos cómo un país con la riqueza del suyo obliga a los enfermos de hospital a que lleven personalmente las gasas, medicamentos, vendas, anestésicos, sábanas; que tengan que limpiar personalmente o a través de familiares y amigos, su propia habitación, barrer, cambiar sábanas… O las desgarradoras historias de los cientos de miles de chiquillos de todo el mundo sin techo y adictos a un miserable componente específico de muchos tipos de pegamentos…

 

JAL (UAM)

Nota: Pinchando en «Enviar Comentario» podrás acceder a la grabación de la sección científica de Imaginario en RNE  (Congreso Mundial de Bioética)

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