Cuando caemos en brazos de Morpheus…

Todos nosotros dormimos. Nos acostamos por la noche cansados y nos levantamos por la mañana como nuevos. Parece obvio que es un proceso natural, pero traten de contestar a las siguientes preguntas: ¿duermen todos los animales? ¿Para qué sirve dormir? ¿Por qué es necesario? No se preocupen si no saben qué responder: a pesar de los grandes avances científicos de los últimos años, la ciencia tampoco tiene respuesta…

“Morir, dormir… ¿dormir? tal vez soñar”

                        W. Shakespeare. Hamlet

 

El sueño (dormir, no soñar) se define como una condición reversible de respuesta reducida a estímulos, usualmente asociada a inmovilidad. Esta definición permite diferenciarla del mero descanso (que no presenta disminución en la respuesta), y del coma (irreversible). Durante años se cuestionó la utilidad del sueño, planteando la llamada “hipótesis nula”: cuando no hay necesidad de comer o de reproducirse, es un estado de indolencia que no gasta energía y que es algo útil, aunque no esencial. Esta hipótesis está basada en que hay animales que no duermen, en que hay especies que no necesitan recuperar sueño y en la posibilidad de prescindir de él en algunos casos. Pero, ¿es cierto que el sueño no es universal?

 

Si bien sólo se ha estudiado en detalle en mamíferos y aves, una lectura cuidadosa de los trabajos publicados sobre especies “insomnes” sugieren que reptiles, anfibios, peces e, incluso, invertebrados muestran signos de sueño tanto a nivel de comportamiento como electrofisiológico. Por ejemplo, la mosca tiene una menor respuesta si está quiescente (“dormida”) durante unos minutos, e incluso hay cambios en la actividad cerebral y en la expresión génica semejantes a los observados en mamíferos. Una cosa curiosa es que los patrones de sueño cambian con la edad, como pasa con los humanos.

Pero veamos ejemplos de animales “insomnes”: la rana-toro y peces de arrecife de coral. Solo hay un estudio del primero en 1967, donde se observó que el ritmo de la respiración sufre un cambio tras pincharle, algo que sugiere que siguen respondiendo a estímulos. Sin embargo, el experimento no se pudo repetir en la fase del sueño con la tasa respiratoria más baja, ni con otros estímulos como luz o sonido, por lo que quizás su respuesta ante estímulos si podría estar afectada. En cuanto a los peces, para dormir se retiran al coral por la noche, donde siguen moviendo sus aletas aún cuando se mantienen inmóviles, sugiriendo que siguen procesando información sensorial. Sin embargo, la mortalidad nocturna es muy elevada, sobre todo 1-2 horas tras la retirada. Esto podría corresponder a la fase más profunda de sueño de los peces, de modo análogo a lo que ocurre en humanos y roedores, donde el sueño más profundo se alcanza justo tras quedarse dormido.

 

La pérdida de sueño sí tiene un efecto rebote para compensar, contrariamente a la creencia popular de que “el sueño no se recupera”: en todas las especies donde se ha mirado, tras un tiempo sin dormir, esta falta de sueño se recupera durmiendo más tiempo, más profundamente y/o de forma más consolidada (es decir, con menos interrupciones).

 

La falta continuada de sueño es letal en ratas, humanos, moscas y cucarachas, pero no en palomas, aunque siempre tiene dos efectos: la aparición de micro-episodios de sueño durante la vigilia, y un deterioro de las capacidades cognitivas, quizás debido más al “cansancio” de las neuronas que a la falta de sueño. Los delfines tienen un sueño uni-hemisférico (cada hemisferio cerebral duerme “por turnos”), lo que sugiere que dormir tiene una función esencial y no puede ser suprimido.

 

Pero, ¿para qué sirve? Si rechazamos la hipótesis nula, no tenemos ni idea. Según los doctores Cirelli y Tononi, debe cumplir la misma función esencial en todos los animales.  Este estado se puede alcanzar a través de diferentes mecanismos y con distintos fenotipos. Dado que el mayor efecto es la falta de relación cognitiva con lo que nos rodea, la función debe encontrarse a nivel neuronal y, por tanto, a nivel celular. Por último, no puede ser proporcionada por un descanso en vigilia, sino que necesita y se beneficia de la desconexión del entorno.

 

Como hemos visto, el sueño parece algo fácil de entender pero se mantiene, de momento, envuelto en el misterio para la ciencia. ¡Ah! una última cosa: los animales también sueñan, e incluso tienen pesadillas

 

Francisco A. Martin, PhD

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Un comentario

  1. "La falta continuada de sueño es letal en ratas, humanos, moscas y cucarachas"
    ¡Que coincidencia! Son los seres vivos con los que más cosas en común tenemos cuando estamos despiertos.

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