Dos historias curiosas de bichitos: bacterias besuconas y virus que te vuelven idiota
Llevamos una temporada muy microbiológica. Entre el Ebola que vuelve a “las andadas” con una posible nueva víctima -mientras desde Nature le dedican un homenaje-, el Chikungunya cada vez más cerca de nuestras fronteras y la reemergencia de polio y MERS-CoV, hemos aprendido mucha virología. Pues nada, que siga la fiesta, en este caso, con una curiosa historia de bacterias –que no son virus- y virus –que no son bacterias-...
Llevamos una temporada muy microbiológica. Entre el Ebola que vuelve a “las andadas” con una posible nueva víctima –mientras desde Nature le dedican un homenaje-, el Chikungunya cada vez más cerca de nuestras fronteras y la reemergencia de polio y MERS-CoV, hemos aprendido mucha virología. Pues nada, que siga la fiesta, en este caso, con una curiosa historia de bacterias –que no son virus- y virus –que no son bacterias-:
Las bacterias que vinieron con el beso
Vivimos rellenitos de bacterias. Éstas, lejos de ser perjudiciales, nos protegen de verdaderos patógenos y nos permiten asimilar y producir ciertos compuestos necesarios, como algunas vitaminas. Muchas de estas bacterias nos las vamos transfiriendo durante la convivencia diaria: darnos la mano o, un beso… sobre todo con lengua.
En este sentido, según publica la revista científica Microbiome (Microbioma), cada vez que nos besamos transferimos a nuestra pareja –y ella a nosotros- una media de 80 millones de bacterias. Eso sí, el beso tiene que ser íntimo y por un periodo superior a los 10 segundos.
Investigadores holandeses contactaron con 21 parejas para que se besaran de forma efusiva. Valoraciones microbiológicas posteriores mostraron que la microbiota bacteriana presente en lengua y saliva era similar entre las parejas. Las bacterias estaban homogéneamente distribuidas en la población. Sin embargo, si uno de los miembros de la pareja se comía un yogurt probiótico previamente al beso, se producía la transferencia de unos 80 millones de microorganismos, comprobado a través de la presencia de bacterias marcadoras como Lactobacillus y Bifidobacterium. Aunque puede parecer una cifra muy alta, hay que considerar el hecho de que en la cavidad bucal tenemos una media de 1000 millones de bacterias. Estudios posteriores determinarán el papel de las bacterias transferidas.
El virus que te vuelve idiota
Según publica PNAS, científicos estadounidenses de Nebraska y Baltimore, coordinados por James Van Etten, mientras llevaban a cabo estudios de secuenciación metagenómica –es decir, a gran escala- para identificar nuevos microorganismos, observaron sorprendido cómo identificaban en muestras orofaríngeas de individuos sanos secuencias del virus ATCV-1 (Acanthocystis turfacea chlorella virus 1), un clorovirus de la familia Phycodnaviridae que infecta algas y nunca anteriormente había sido identificado como infeccioso en humanos. Concretamente, mediante la técnica precisa de la PCR, el virus se confirmó en 40 de los 92 individuos analizados.
Algo más sorprendente aún, y que lógicamente requiere más investigación, fue el hecho de que la presencia de este virus se relacionaba con un, según los autores, modesto pero significativo descenso de las funciones cognitivas –vamos, que el virus nos deja algo más idiotas- en cuestiones memorísticas y sesoriomotrices.
Esta relación entre el ATCV-1 y las funciones cognitivas fueron, al parecer, confirmadas en modelos de ratón, donde se observó, además, que la exposición al virus inducía cambios en la expresión de algunos genes dentro del cerebro.
Estos clorovirus tienen como genoma una larga molécula de ADN y, como señalaba anteriormente, solo se conocía su capacidad de infectar algunas especies de algas verdes. De cómo llegó esos virus de las algas a los humanos… se dice poco en el trabajo.
Como curiosidades microbiológicas, ya está bien… por ahora.
DIVULGACIÓN CIENTÍFICA DEL 24 DE NOVIEMBRE DE 2014
José Antonio López revisa la actualidad científica hablando del concepto de universos paralelos que hace referencia a la existencia de varios mundos o realidades relativamente independientes. En el siguiente tema JAL nos informa de dos macroestudios presentados en Nature que confirman los fuertes y complejos componentes genéticos del autismo. Para finalizar José Antonio habla de la transformación de una célula en otra diferente, sin pasos intermedios; algo que estaba en evaluación científica…
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