UNA SEMANA MÁS: Un fuerte y virtual aplauso a médicos/as, enfermeros/as, personal sanitario, en general, fuerzas de seguridad del estado y todos, TODOS, los profesionales que siguen a pie de calle, a pie del cañón, para que nosotros dejemos de hacer el indio y nos quedemos en casa con responsabilidad… Os paso un nuevo artículo publicado el pasado 14 de abril en El Cultural:
No lo voy a negar. Tengo ya casi más curiosidad científica que necesidad vital por conocer mi estado inmunológico frente al posible SARS-CoV-2. Más de dos semanas después de los primeros síntomas leves –que afortunadamente no parecen haber evolucionado inadecuadamente- de algo compatible con el coronavirus, ya sin síntomas, sigo sin saber dos aspectos vitales para poder volver al seno familiar y abandonar este confinamiento voluntario dentro del confinamiento nacional impuesto por el estado de alerta sanitaria: ¿he tenido la COVID-19? En caso afirmativo, ¿sigo siendo portador? Y, finalmente, ¿soy seroconverso, es decir, he generado anticuerpos potencialmente protectores contra el virus? Cada uno de estos aspectos habría que abordarlos con pruebas distintas, pruebas que el Gobierno tendrá que implementar en todo el territorio nacional si queremos realmente tener la radiografía del estado de la cuestión de la pandemia en España. A mis primeras preguntas, sobre si he tenido el virus y sigo siendo portador, las respuestas las encontramos en las pruebas genéticas de RT-PCR –lentas pero precisas-, y antigénicas, que comprueban la presencia de proteínas del virus y son rápidas, pero menos fiables: eres o no eres infectocontagioso. Ambas pruebas se realizan sobre exudados naso u orofaríngeos. En cuanto a las pruebas serológicas, a través de una muestra de sangre, destinadas a saber si ya has entrado en contacto con el virus, si tienes anticuerpos contra él y, plausiblemente, estás inmunizado, el Ministerio de Sanidad, a día de hoy (12 de abril), sigue sin aclarar cómo, a quién y cuándo van a iniciar sus denominados “sondeos”; algo que se me antoja vital para las medidas de “desescalonamiento” del confinamiento. Llegados a este punto, quiero presentar una anécdota que puede que le aclare –o le confunda aún más- sobre los posibles escenarios de interacción con el SARS-CoV-2: Tengo una amiga, personal sanitario, con anosmia desde hace 15 días, que decidió salir de dudas y acudir a una de las empresas privadas que por un módico precio que ronda los 200 euros, le realizó un análisis RT-PCR y serología. Cinco días más tarde, los resultados fueron sorprendentes. Positivo para coronavirus –sin indicar cuántas unidades genómicas, algo parecido a cuánta carga viral, había en la muestra-, negativo para anticuerpos IgM pero altamente positivo para IgG. ¿Buenas o malas noticias? ¡Depende! Los datos señalaban que, en el momento de la prueba, ya con 10 días con ligeros síntomas, mi amiga seguía siendo potencialmente infectocontagiosa –y digo “potencialmente” puesto que sin saber el dato cuantitativo de la PCR no se podría asegurar-, pero había dejado atrás la respuesta inmune primaria, la primera que se genera y que se caracteriza por la producción de anticuerpos del tipo IgM, presentando una clara respuesta, más efectiva, secundaria con la producción de inmunoglobulinas IgG. Seguramente, mi amiga sea resistente a una nueva infección, pero, entonces, ¿cómo explicar el dato de la PCR positiva junto a la alta producción de IgG? Malamente, pero no es extraño. A partir de los 7-10 días de la infección –no de los síntomas-, la respuesta inmune específica empieza a hacer acto de presencia con la generación de anticuerpos. Al principio, IgM, poco después, IgG –los que producirán memoria inmunológia, aunque sin saber todavía durante cuánto tiempo…-. Con la presencia de estas moléculas inmunoprotectoras, la carga viral empieza a descender, pero la horquilla hasta que la detección de viriones –partículas virales- deja de producirse puede ir desde una a varias semanas. No sé qué carga viral tenía mi amiga cuando se hizo la doble prueba, pero, seguramente, si se volviera a repetir la RT-PCR hoy daría negativa. Mi amiga se habría convertido, a todas luces, en una “ovejita” más en el rebaño de los inmunoprotegidos. Pasemos ahora a analizar este concepto de “inmunorebaño” y de horquilla donde podemos generar anticuerpos, pero seguir siendo potenciales transmisores del coronavirus, de cara a la vuelta al trabajo que el Gobierno les ha propuesto a algunos colectivos previamente clasificados como “no esenciales” –si es que este concepto existe entre los trabajadores de un país-.

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