En una entrada anterior vimos una imagen que representaba a Napoleón Bonaparte entrando a caballo en la mezquita de El Cairo. Geoffroy fue miembro de la expedición de Bonaparte a Egipto de 1798 a 1801 y en ella maduró el principio del plan único, la misma idea que años después, en Marzo de 1830, daría lugar a la famosa disputa en el seno de la Academie des Sciences con Cuvier, a la que se conoce a veces como “quarrel of the analogues” o disputa de los análogos. Goethe se encargó de informar a la sociedad alemana acerca de dicha disputa.

Georges Cuvier había dividido el reino animal en cuatro grupos: vertebrados, moluscos, articulados y radiados y esta clasificación permaneció en todos los tratados de Historia Natural del siglo XIX. Geoffroy, por su parte, pensaba que las pruebas de la existencia de un plan común podrían encontrarse ampliamente entre los animales, por encima de estas divisiones que el prefería ver como artificiales. Así en sus “Memoires sur l’Organisation des insectes” podemos ver cómo, con un vigoroso estilo en la línea del más puro Kafka, propone la consideración de la vértebra como unidad estructural, por ejemplo:

De estos hechos debemos concluir que los insectos son animales vertebrados: y si todo debe reducirse a una vértebra, entonces es en los insectos en donde esta proposición encuentra toda su evidencia. En último análisis, nos encontramos con este resultado: Todo animal habita dentro o fuera de su columna vertebral.

Lo que propone Geoffroy es una idea revolucionaria que podría remover los cimientos de la Historia Natural. Como veremos, Cuvier hará de dique de contención para que las estructuras permanezcan y Linneo pueda seguir durmiendo tranquilo el sueño de los justos, porque entonces y estamos hablando de 1830, la sociedad todavía no está preparada para asimilar las ideas de Geoffroy. Todavía habrán de pasar más revoluciones, entre ellas, algunas literarias, porque lo que Geoffroy viene a decir es que, después de todo, lo que le pasó a Gregor Samsa, el personaje protagonista de las Metamorfosis de Kafka, no es tan sorprendente. En definitiva, Samsa es un tipo normal, sólo que, lo que a él le ocurrió en una noche, a todos nos ha ocurrido en más tiempo.

Ya lo saben.

A partir de ahora, al despertarse cada día, recuerden:

Una mañana, Gregor Samsa despertó de un sueño intranquilo y se encontró convertido en un enorme insecto…………………………

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2 comentarios

  1. Según Navokob el insecto de Kafka,o Gregorio,era de una especie que tenía alas,pero el personaje no lo sabía,y por eso no pudo salir volando de su habitación.

    Mi querido amigo;hace ya muchos años que releo un maravilloso libro: Sueños entomológicos,de Favre.No se si usted lo conoce,pero es fantástico.El autor transmite una pasión por la observación ,antológica.

    Un cordial saludo.

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