Una gran verdad entra en contradicción con otras cosas dichas antes y abre un debate en el quincuagésimo párrafo de El Origen de las Especies

 

Dice el autor con gran acierto:

 

Man can hardly select, or only with much difficulty, any deviation of structure excepting such as is externally visible,……………. He can never act by selection, excepting on variations which are first given to him in some slight degree by nature

El hombre apenas puede seleccionar o sólo puede hacerlo con mucha dificultad, alguna variación de conformación, excepto las que son exteriormente visibles, ….No puede nunca actuar mediante selección, excepto con variaciones que en algún grado le da la Naturaleza.

 

Claro está que la capacidad de acción del hombre sobre la naturaleza está limitada por las propias leyes de la naturaleza. Esto ya lo había indicado el autor en el párrafo decimocuarto, en el que había comparado la generación de variación con un fuego: La naturaleza aportaba el combustible y las condiciones ambientales, sólo la chispa. En el caso de la mejora genética, la naturaleza aporta igualmente el combustible y el ser humano, la chispa.  Darwin se confunde a menudo y llama selección al proceso de mejora, pero esto no impide que sus razonamientos puedan ser acertados en alguna ocasión. Dicho de otro modo: Actuando, el hombre descubre las leyes, no las impone.

No sólo no hay selección ninguna en la naturaleza, sino que tampoco hay selección alguna por parte del hombre cuando la naturaleza no la consiente, es decir, cuando no hay variación, o cuando los cruzamientos previstos por el hombre no dan descendencia o los caracteres seleccionados no son heredables.

 

Vemos aquí la expresión de la máxima ingenuidad. Otra aportación infantil:

 

the more abnormal or unusual any character was when it first appeared, the more likely it would be to catch his attention.

cuanto más anormal y extraordinario sea un carácter al aparecer por vez primera, tanto más fácilmente atraerá la atención

 

Ingenuidad que se convierte pronto en error:

 

The man who first selected a pigeon with a slightly larger tail, never dreamed what the descendants of that pigeon would become through long-continued, partly unconscious and partly methodical, selection

El hombre que primero eligió una paloma con cola ligeramente mayor, nunca soñó lo que los descendientes de aquella paloma llegarían a ser mediante muy prolongada selección, en parte inconsciente y en parte metódica.

 

Porque lo que los descendientes de aquella paloma llegaron a ser no es consecuencia de la selección que recordémoslo, solo elige entre lo que la naturaleza da;  ni inconsciente (que no es selección), ni metódica (que no lleva a ninguna parte por sí sola), sino de la mejora (y,…recordemos también, la mejora es selección, más apareamientos, más heredabilidad y no habrá mejora alguna en ausencia de heredabilidad que es una característica determinada en la naturaleza de cada especie, independientemente de la intención del mejorador), como veremos perfectamente en el siguiente ejemplo del párrafo quincuagésimo primero.

 

On the view here given of the important part which selection by man has played, it becomes at once obvious, how it is that our domestic races show adaptation in their structure or in their habits to man’s wants or fancies. We can, I think, further understand the frequently abnormal character of our domestic races, and likewise their differences being so great in external characters, and relatively so slight in internal parts or organs. Man can hardly select, or only with much difficulty, any deviation of structure excepting such as is externally visible; and indeed he rarely cares for what is internal. He can never act by selection, excepting on variations which are first given to him in some slight degree by nature. No man would ever try to make a fantail till he saw a pigeon with a tail developed in some slight degree in an unusual manner, or a pouter till he saw a pigeon with a crop of somewhat unusual size; and the more abnormal or unusual any character was when it first appeared, the more likely it would be to catch his attention. But to use such an expression as trying to make a fantail is, I have no doubt, in most cases, utterly incorrect. The man who first selected a pigeon with a slightly larger tail, never dreamed what the descendants of that pigeon would become through long-continued, partly unconscious and partly methodical, selection. Perhaps the parent bird of all fantails had only fourteen tail-feathers somewhat expanded, like the present Java fantail, or like individuals of other and distinct breeds, in which as many as seventeen tail-feathers have been counted. Perhaps the first pouter-pigeon did not inflate its crop much more than the turbit now does the upper part of its oesophagus–a habit which is disregarded by all fanciers, as it is not one of the points of the breed.

 

 

 

Según la idea expuesta aquí del importante papel que ha representado la selección hecha por el hombre, resulta en seguida evidente por qué nuestras razas domésticas muestran en su conformación y sus costumbres adaptación a las necesidades o caprichos del hombre. Podemos, creo yo, comprender además el carácter frecuentemente anormal de nuestras razas domésticas, e igualmente que sus diferencias sean tan grandes en los caracteres exteriores y relativamente tan pequeñas en partes u órganos internos. El hombre apenas puede seleccionar o sólo puede hacerlo con mucha dificultad, alguna variación de conformación, excepto las que son exteriormente visibles, y realmente rara vez se preocupa por lo que es interno. No puede nunca actuar mediante selección, excepto con variaciones que en algún grado le da la Naturaleza. Nadie pensaría siquiera en obtener una paloma colipavo hasta que vio una paloma con la cola desarrollada en algún pequeño grado de un modo extraño, o una buchona hasta que vio una paloma con un buche de tamaño algo extraordinario; y cuanto más anormal y extraordinario sea un carácter al aparecer por vez primera, tanto más fácilmente atraerá la atención. Pero usar expresiones tales como «intentar hacer una colipavo» es para mí, indudablemente, en la mayor parte de los casos, por completo incorrecto. El hombre que primero eligió una paloma con cola ligeramente mayor, nunca soñó lo que los descendientes de aquella paloma llegarían a ser mediante muy prolongada selección, en parte inconsciente y en parte metódica. Quizá el progenitor de todas las colipavos tuvo solamente catorce plumas rectrices algo separadas, como la actual colipavo de Java o como individuos de otras diferentes razas, en las cuales se han contado hasta diez y siete plumas rectrices. Quizá la primera paloma buchona no hinchó su buche mucho más que la paloma turbit hincha la parte superior de su esófago, costumbre que es despreciada por todos los criadores, porque no es uno de los puntos característicos de la casta.

 

 

 

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