Disparatado razonamiento en el septuagésimo octavo párrafo de El Origen de las Especies

El autor sigue discutiendo consigo mismo, boxeando con su sombra,   y sus textos reflejan una pugna interior entre la ciencia y la fe que habitualmente el mundo académico habría rechazado, pero que en este caso excepcional, aceptó de buen grado. ¿Por qué? Por la exaltación de la competición que traía consigo y que era lo que en realidad interesaba. No la ciencia.   78. From looking at species as only strongly marked and well-defined varieties, I was led to anticipate…