El discurso autoritario según Roland Barthes

Ya hemos visto cuatro autores que tratan del discurso autoritario: Adilson Citelli, Mikhail Mikhailovitch Bakhtin, Daniel Prieto Castillo y Estanislao Zulueta. El texto de éste último nos recordaba cómo el discurso autoritario se asocia con una falta de respeto por el oyente.

También Roland Barthes, en su obra El Grado Cero de la Escritura dedica unos párrafos al discurso autoritario. Dice:

 

Encontraremos entonces, en toda escritura, la ambigüedad de un objeto que es a la vez lenguaje y coerción: existe en el fondo de la escritura una «circunstancia» extraña al lenguaje, como la mirada de una intención que ya no es la del lenguaje . Esa mirada puede muy bien ser una pasión del lenguaje, como en la escritura literaria; puede también ser la amenaza de un castigo, como en las escrituras políticas: la escritura está entonces encargada de unir con un solo trazo la realidad de los actos y la realidad de los fines. Por ello el poder o la sombra del poder siempre acaba por instituir una escritura axiológica, donde el trayecto que separa habitualmente el hecho del valor, está suprimido en el espacio mismo de la palabra, dado a la vez como descripción y como juicio. La palabra se hace excusa (es decir un “otra parte” y una justificación). Esto, que es verdadero para las escrituras literarias, donde la unidad de los signos está incesantemente fascinada por las zonas de infra o de ultra-lenguaje, lo es más aún para las escrituras políticas, donde la excusa del lenguaje es al mismo tiempo intimidación y glorificación: efectivamente, el poder o el combate son los que producen los tipos más puros de escritura.

Se confirman así nuestras sospechas: La exaltación del poder o de la lucha, desde un contexto de poder, es un paradigma o ejemplo del más puro Discurso autoritario.  Un caso que ofrece pocas dudas al respecto lo hemos encontrado en el capítulo tercero de OSMNS titulado precisamente: La Lucha por la Existencia.

Compartir:

Deja un comentario