El siguiente texto está tomado del Blog Filosofía,  silencios y argumentación jurídica:

 

El principio de la selección natural se adueña, de manera paulatina y ante la vista de todos, de la sociedad humana. Ni valores, ni ideales orientan como antaño a políticos y tecnócratas. Los ejércitos ya no se encuentran en las afueras de pueblos y ciudades, sobre extensas llanuras, en el mar abierto ni en la entrañas escarpados montes deshabitados, para pelearse y poner a prueba los niveles de crueldad y de bestialidad de que es capaz el hombre cuando se entrega a los reclamos del instinto. Los nuevos bárbaros han topado de pronto con la convicción de que el terror de los inocentes también reditúa, y persuadidos de la eternidad de su fortuna se pasean por la tierra y se desplazan, arrogantes, a través de las inmensidades del infinito universo. Nada tienen que temer. Todo les está saliendo a pedir de boca, y así será… mientras los dioses, los hombres y los tiempos les sean propicios.

 

Del capítulo 2 titulado  La zaga del darwinismo en el libro El Antillanismo Hostosiano. Especificidad, Estadios y Actualidad. De Alejandro Arvelo.

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