La incompleta diversificación de los marsupiales en Australia en el párrafo centésimo sexagésimo sexto de El Origen de las Especies

 

A más diversidad, más aprovechamiento de recursos, sigue manteniendo el autor. Es posible.

El caso de los marsupiales es ya otra cosa. Algo más discutible resulta saber hasta qué punto representan (feebly, dice el autor, es decir débilmente) a nuestros carnívoros, rumiantes y roedores.

 

 

 

 

166.

 The advantage of diversification of structure in the inhabitants of the same region is, in fact, the same as that of the physiological division of labour in the organs of the same individual body—a subject so well elucidated by Milne Edwards. No physiologist doubts that a stomach by being adapted to digest vegetable matter alone, or flesh alone, draws most nutriment from these substances. So in the general economy of any land, the more widely and perfectly the animals and plants are diversified for different habits of life, so will a greater number of individuals be capable of there supporting themselves. A set of animals, with their organisation but little diversified, could hardly compete with a set more perfectly diversified in structure. It may be doubted, for instance, whether the Australian marsupials, which are divided into groups differing but little from each other, and feebly representing, as Mr. Waterhouse and others have remarked, our carnivorous, ruminant, and rodent mammals, could successfully compete with these well-developed orders. In the Australian mammals, we see the process of diversification in an early and incomplete stage of development.

 

La ventaja de la diversidad de estructura en los habitantes de una misma región es, en el fondo, la misma que la de la división fisiológica del trabajo en los órganos de un mismo individuo, asunto tan bien dilucidado por Milne Edwards. Ningún fisiólogo duda de que un estómago adaptado a digerir sólo materias vegetales, o sólo carne, saca más alimento de estas substancias. De igual modo, en la economía general de un país, cuanto más extensa y perfectamente diversificados para diferentes costumbres estén los animales y plantas, tanto mayor será el número de individuos que puedan mantenerse. Un conjunto de animales cuyos organismos sean poco diferentes apenas podría competir con otro de organismos más diversificados. Puede dudarse, por ejemplo, si los marsupiales australianos, que están divididos en grupos que difieren muy poco entre sí y que, como Mr. Waterhouse y otros autores han hecho observar, representan débilmente a nuestros carnívoros, rumiantes y roedores, podrían competir con buen éxito con estos órdenes bien desarrollados. En los mamíferos australianos vemos el proceso de diversificación en un estado de desarrollo primitivo e incompleto.

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