Algunas costumbres de las gallináceas en el párrafo cuadrigentésimo vigésimo de El Origen de las Especies

El instinto del avestruz de América, lo mismo que en el caso del Molothrus bonariensis, todavía no se ha perfeccionado, indica el autor en este párrafo. La explicación es la siguiente:

 

pues un número sorprendente de huevos quedan desparramados por las llanuras, hasta el punto que en un solo día de caza recogí no menos de veinte huevos perdidos e inutilizados.

 

Esperamos que pronto Molothrus bonariensis perfeccione sus hábitos al gusto de nuestro autor. Sugerimos que ponga los huevos en embalajes a la puerta de su residencia en Down house. Quedará así el instinto perfeccionado y si no se lo creen vean dentro de dos párrafos, en el 422 qué es lo que entiende el autor por un instinto perfecto…..

 

 

 

420

 

Various birds, as has already been remarked, occasionally lay their eggs in the nests of other birds. This habit is not very uncommon with the Gallinaceae, and throws some light on the singular instinct of the ostrich. In this family several hen birds unite and lay first a few eggs in one nest and then in another; and these are hatched by the males. This instinct may probably be accounted for by the fact of the hens laying a large number of eggs, but, as with the cuckoo, at intervals of two or three days. The instinct, however, of the American ostrich, as in the case of the Molothrus bonariensis, has not as yet been perfected; for a surprising number of eggs lie strewed over the plains, so that in one day’s hunting I picked up no less than twenty lost and wasted eggs.

 

Diferentes aves, como se ha hecho ya observar, ponen a veces sus huevos en los nidos de otras. Esta costumbre no es muy rara en las gallináceas, y da alguna luz acerca del singular instinto de los avestruces. En esta familia se reúnen varias hembras, y ponen primero un corto número de huevos en un nido y después en otro, y estos huevos son incubados por los machos. Este instinto puede explicarse probablemente por el hecho de que los avestruces hembras ponen un gran número de huevos, pero con intervalo de dos o tres días, lo mismo que el cuclillo. Sin embargo, el instinto del avestruz de América, lo mismo que en el caso del Molothrus bonariensis, todavía no se ha perfeccionado, pues un número sorprendente de huevos quedan desparramados por las llanuras, hasta el punto que en un solo día de caza recogí no menos de veinte huevos perdidos e inutilizados.

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