La erosión atmosférica en el párrafo quingentésimo vigésimo octavo de El Origen de las Especies

Este párrafo queda sin comentar. En realidad debió quedar sin publicar pues el contenido nada tiene que ver con el origen de las especies.

 

 

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We have, however, recently learned from the observations of Ramsay, in the van of many excellent observers—of Jukes, Geikie, Croll and others, that subaerial degradation is a much more important agency than coast-action, or the power of the waves. The whole surface of the land is exposed to the chemical action of the air and of the rainwater, with its dissolved carbonic acid, and in colder countries to frost; the disintegrated matter is carried down even gentle slopes during heavy rain, and to a greater extent than might be supposed, especially in arid districts, by the wind; it is then transported by the streams and rivers, which, when rapid deepen their channels, and triturate the fragments. On a rainy day, even in a gently undulating country, we see the effects of subaerial degradation in the muddy rills which flow down every slope. Messrs. Ramsay and Whitaker have shown, and the observation is a most striking one, that the great lines of escarpment in the Wealden district and those ranging across England, which formerly were looked at as ancient sea-coasts, cannot have been thus formed, for each line is composed of one and the same formation, while our sea-cliffs are everywhere formed by the intersection of various formations. This being the case, we are compelled to admit that the escarpments owe their origin in chief part to the rocks of which they are composed, having resisted subaerial denudation better than the surrounding surface; this surface consequently has been gradually lowered, with the lines of harder rock left projecting. Nothing impresses the mind with the vast duration of time, according to our ideas of time, more forcibly than the conviction thus gained that subaerial agencies, which apparently have so little power, and which seem to work so slowly, have produced great results.

 

Sin embargo, recientemente, las observaciones de Ramsay, a la cabeza de muchos excelentes observadores -de Jukes, Geikie, Croll y otros-, nos han enseñado que la erosión atmosférica es un agente mucho más importante que la acción costera, o sea la acción de las olas. Toda la superficie de la tierra está expuesta a la acción química del aire y del agua de lluvia, con su ácido carbónico disuelto, y, en los países fríos, a las heladas; la materia desagregada es arrastrada, aun por los declives suaves, durante las lluvias fuertes y, más de lo que podría suponerse, por el viento, especialmente en los países áridos; entonces es transportada por las corrientes y ríos, que, cuando son rápidos, ahondan sus cauces y trituran los fragmentos. En un día de lluvia vemos, aun en una comarca ligeramente ondulada, los efectos de la erosión atmosférica en los arroyuelos fangosos que bajan por todas las cuestas. Míster Ramsay y míster Whitaker han demostrado -y la observación es notabilísima- que las grandes líneas de escarpas del distrito weáldico y las que se extienden a través de Inglaterra, que en otro tiempo fueron consideradas como antiguas costas, no pueden haberse formado, de este modo, pues cada línea está constituida por una sola formación, mientras que nuestros acantilados marinos, en todas partes, están formados por la intersección de diferentes formaciones. Siendo esto así, nos vemos forzados a admitir que las líneas de escarpas deben su origen, en gran parte, a que las rocas de que están compuestas han resistido la denudación atmosférica mejor que las superficies vecinas; estas superficies, por consiguiente, han sido gradualmente rebajadas, quedando salientes las líneas de roca más dura. Nada produce en la imaginación una impresión más enérgica de la inmensa duración del tiempo -según nuestras ideas de tiempo- como la convicción, de este modo conseguida, de que han producido grandes resultados los agentes atmosféricos, que aparentemente tienen tan poca fuerza y que parecen trabajar con tanta lentitud.

 

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