El concepto de límite y otros conceptos arruinados en el párrafo quingentésimo quincuagésimo octavo de El Origen de las Especies

La ambigüedad del autor es capaz de dar al traste con los conceptos más rígidos e inmutables de la ciencia. Así ocurre con el concepto de límite:

 

Muchísimos de los seres marinos que viven en el Archipiélago Malayo se extienden actualmente a miles de millas más allá de sus límites

 

De qué límites? De los del propio Archipiélago Malayo? Si es así, entonces  no es correcto decir que viven en el Archipiélago Malayo. Pero no es el de límite el único concepto arruinado en este párrafo. También lo es el de creencia, el de variedad, y el de especie. Con el ejemplo del final pretende asimismo arruinar la credibilidad de la paleontología. Por el contrario el concepto de variedad local queda preservado de la ruina puesto  que el autor se toma la molestia de explicarlo (variedades limitadas a un lugar, nos indica).

 

 

 

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Very many of the marine inhabitants of the archipelago now range thousands of miles beyond its confines; and analogy plainly leads to the belief that it would be chiefly these far-ranging species, though only some of them, which would oftenest produce new varieties; and the varieties would at first be local or confined to one place, but if possessed of any decided advantage, or when further modified and improved, they would slowly spread and supplant their parent-forms. When such varieties returned to their ancient homes, as they would differ from their former state in a nearly uniform, though perhaps extremely slight degree, and as they would be found embedded in slightly different sub-stages of the same formation, they would, according to the principles followed by many palaeontologists, be ranked as new and distinct species.

 

Muchísimos de los seres marinos que viven en el Archipiélago Malayo se extienden actualmente a miles de millas más allá de sus límites, y la analogía conduce claramente a la creencia de que estas especies de gran distribución geográfica -aunque sólo algunas de ellas- tendrían que ser principalmente las que con más frecuencia produjesen variedades nuevas; y estas variedades al principio serían locales, o limitadas a un lugar; pero si poseían alguna ventaja decisiva o si se modificaban o perfeccionaban más, se difundirían lentamente y suplantarían a sus formas madres. Cuando estas variedades volviesen a sus localidades antiguas, como diferirían de su estado anterior en grado casi igual, aunque quizá pequeñísimo, y como se las encontraría enterradas en subpisos poco diferentes de la misma formación, serían consideradas, según los principios seguidos por muchos paleontólogos, como especies nuevas y distintas.

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