Autoridades y alguna ley general o especial en el párrafo quingentésimo nonagésimo primero del Origen de las Especies

El autor sigue escribiendo sobre un tema que desconoce, como había indicado párrafos antes. Ahora se apoya en un texto de Verneuil y d’Archiac, quienes indican que las especies no se modifican por cambios en las corrientes marinas, no; no es por eso. Tampoco por  otras causas más o menos locales y temporales. Si no se lo creen lean:

 

Si, impresionados por este extraño orden de sucesión, fijamos nuestra atención en América del Norte y descubrimos allí una serie de fenómenos análogos, parecerá seguro que todas estas modificaciones de especies, su extinción y la introducción de las nuevas, no pueden ser los resultados de simples cambios en las corrientes marinas o de otras causas más o menos locales y temporales, sino que dependen de leyes generales que rigen todo el reino animal.

 

Barrande, otra autoridad, opina igual;  pero no cree que dicha ley deba ser general, sino especial. El cambio puede ser gradual, lento, o súbito . La ley puede ser general , o especial. Ya nada importa, admitida la selección natural, todo da igual.

 

 

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The fact of the forms of life changing simultaneously in the above large sense, at distant parts of the world, has greatly struck those admirable observers, MM. de Verneuil and d’Archiac. After referring to the parallelism of the palaeozoic forms of life in various parts of Europe, they add, «If struck by this strange sequence, we turn our attention to North America, and there discover a series of analogous phenomena, it will appear certain that all these modifications of species, their extinction, and the introduction of new ones, cannot be owing to mere changes in marine currents or other causes more or less local and temporary, but depend on general laws which govern the whole animal kingdom.» M. Barrande has made forcible remarks to precisely the same effect. It is, indeed, quite futile to look to changes of currents, climate, or other physical conditions, as the cause of these great mutations in the forms of life throughout the world, under the most different climates. We must, as Barrande has remarked, look to some special law. We shall see this more clearly when we treat of the present distribution of organic beings, and find how slight is the relation between the physical conditions of various countries and the nature of their inhabitants.

 

El hecho de que las formas orgánicas cambien simultáneamente -en el sentido amplio antes indicado- en partes distantes del mundo, ha impresionado mucho a dos grandes observadores, monsieurs de Verneuil y d’Archiac. Después de recordar el paralelismo de las formas paleozoicas en diferentes partes de Europa, añaden: «Si, impresionados por este extraño orden de sucesión, fijamos nuestra atención en América del Norte y descubrimos allí una serie de fenómenos análogos, parecerá seguro que todas estas modificaciones de especies, su extinción y la introducción de las nuevas, no pueden ser los resultados de simples cambios en las corrientes marinas o de otras causas más o menos locales y temporales, sino que dependen de leyes generales que rigen todo el reino animal». Monsieur Barrande ha hecho exactamente, en el mismo sentido, consideraciones de gran fuerza. Sería inútil por completo atribuir a los cambios de corrientes, climas u otras condiciones físicas las grandes modificaciones en las formas orgánicas en el mundo entero, en climas los más diferentes. Debemos atribuirlos, como Barrande ha hecho observar, a alguna ley especial. Veremos esto más claramente cuando tratemos de la distribución actual de los seres orgánicos y notemos qué pequeña es la relación entre las condiciones físicas de los diferentes países y la naturaleza de sus habitantes.

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