Perfección y superioridad con una conclusión absurda en el párrafo sexcentésimo noveno del Origen de las Especies

Ya empezamos mal en este párrafo:

 la diferencia y especialización de las partes en los seres orgánicos, cuando llegan a la edad adulta, es la mejor medida hasta ahora conocida del grado de perfección o superioridad.

 

Puesto que no es lícito hablar ni de perfección ni de superioridad.

 

Pero claro es que se trata de nuevo de volver a la carga con lo que hace la selección natural. Todo es entonces comprensible, todo ha de ser disculpado. Paso libre para su majestad,……..

 

La conclusión es otro sinsentido, fruto de la imaginación del autor con el consentimiento  de sus poderosos apoyos en el mundo científico y editorial. El texto es muestra del más puro lenguaje darwiniano o darvinés en el que se mezclan los lugares comunes (la victoria en la lucha por la vida, la selección natural) con las falacias más simples (De modo que, en esta prueba fundamental de la victoria, Una gran mayoría de paleontólogos contestará afirmativamente ……):

 

Por consiguiente, hemos de llegar a la conclusión de que, si en clima casi igual los habitantes eocenos del mundo pudiesen ser puestos en competencia con los actuales, aquéllos serían derrotados y exterminados por éstos, como lo serían las formas secundarias por las eocenas y las formas paleozoicas por las secundarias. De modo que, en esta prueba fundamental de la victoria en la lucha por la vida, lo mismo que tomando como medida la especialización de órganos, las formas modernas, según la teoría de la-selección natural, deben ser más elevadas que las formas antiguas. ¿Ocurre así? Una gran mayoría de paleontólogos contestará afirmativamente, y parece que esta respuesta podría admitirse como cierta, aunque sea difícil de probar.

 

 

 

 

 

 

 

609

ON THE STATE OF DEVELOPMENT OF ANCIENT COMPARED WITH LIVING FORMS.

 

We have seen in the fourth chapter that the degree of differentiation and specialisation of the parts in organic beings, when arrived at maturity, is the best standard, as yet suggested, of their degree of perfection or highness. We have also seen that, as the specialisation of parts is an advantage to each being, so natural selection will tend to render the organisation of each being more specialised and perfect, and in this sense higher; not but that it may leave many creatures with simple and unimproved structures fitted for simple conditions of life, and in some cases will even degrade or simplify the organisation, yet leaving such degraded beings better fitted for their new walks of life. In another and more general manner, new species become superior to their predecessors; for they have to beat in the struggle for life all the older forms, with which they come into close competition. We may therefore conclude that if under a nearly similar climate the eocene inhabitants of the world could be put into competition with the existing inhabitants, the former would be beaten and exterminated by the latter, as would the secondary by the eocene, and the palaeozoic by the secondary forms. So that by this fundamental test of victory in the battle for life, as well as by the standard of the specialisation of organs, modern forms ought, on the theory of natural selection, to stand higher than ancient forms. Is this the case? A large majority of palaeontologists would answer in the affirmative; and it seems that this answer must be admitted as true, though difficult of proof.

 

Del estado de desarrollo de las formas antiguas, comparado con el de las vivientes

Hemos visto en el capítulo cuarto que la diferencia y especialización de las partes en los seres orgánicos, cuando llegan a la edad adulta, es la mejor medida hasta ahora conocida del grado de perfección o superioridad. También hemos visto que, como la especialización de las partes es una ventaja para todo ser, la selección natural tenderá a hacer la organización de todo ser más especializada y perfecta, y, en este sentido, superior; aunque esto no es decir que no pueda dejar muchos seres con una conformación sencilla y sin perfeccionar, adecuados a condiciones sencillas de vida, ni que, en algunos casos, incluso no degrade o simplifique la organización; dejando, sin embargo, estos degradados más adecuados para su nuevo género de vida. Las nuevas especies llegan a ser superiores a sus predecesoras de otro modo más general, pues tienen que vencer en la lucha por la vida a todas las formas viejas, con las que entran en estrecha competencia. Por consiguiente, hemos de llegar a la conclusión de que, si en clima casi igual los habitantes eocenos del mundo pudiesen ser puestos en competencia con los actuales, aquéllos serían derrotados y exterminados por éstos, como lo serían las formas secundarias por las eocenas y las formas paleozoicas por las secundarias. De modo que, en esta prueba fundamental de la victoria en la lucha por la vida, lo mismo que tomando como medida la especialización de órganos, las formas modernas, según la teoría de la-selección natural, deben ser más elevadas que las formas antiguas. ¿Ocurre así? Una gran mayoría de paleontólogos contestará afirmativamente, y parece que esta respuesta podría admitirse como cierta, aunque sea difícil de probar.

Lectura aconsejada:

Compartir:

2 comentarios

Deja un comentario