La obra articula diferentes debates científicos en torno a la labor de los principales naturalistas de los siglos XIX y XX: Lamarck, Darwin, Casimiro Gómez Ortega, Antonio José Cavanilles, el padre Vicente Solano, Mariano de la Paz Graells, Casiano de Prado, Víctor López Seoane, José Arévalo Baca, Ramón y Cajal, y Eduardo Hernández-Pacheco.

La Ciencia no se basa en la autoridad, sino en la razón; y, sin embargo muchos científicos a lo largo de la Historia han sido criticados, denostados, perseguidos,… en una palabra proscritos.

La situación del proscrito es el resultado de un debate anterior en el que intervienen elementos de distintos campos. Muchos investigadores se han visto involucrados en debates, disputas y polémicas en los que, los argumentos de la razón venían a mezclarse con la autoridad, ésta a interferir con aquellos. Incluso en el caso tan peculiar de los debates internos, es decir, disputas entre distintas opciones dentro de la mente de un mismo investigador, con frecuencia la autoridad se impone a la razón. A lo largo de la Historia, los debates han tenido distintos protagonistas y han versado sobre temáticas diferentes, pero en todos ellos y a pesar del transcurso del tiempo, podemos apreciar ciertas constantes. La autoridad ha ejercido a menudo su poder que, con cierta frecuencia, es incompatible con la más elemental lógica, con la más pura razón.

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