En momento de crisis nada como una noticia “tranquilizadora”. Doscientos investigadores españoles están trabajando en el BAIP (Buque Autómata Inteligente Polivalente) un pesquero voraz para solucionar los problemas de la pesca. En principio se comenzará a construir en un astillero de nuestro país dentro de tres años.


Un gran consorcio empresarial de 21 empresas, apoyado por seis universidades, 28 centros de investigación, la Secretaría General del Mar, el Instituto Español de Oceanografía o el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), además de siete comunidades autónomas y con la financiación de un programa CENIT de la Presidencia del Gobierno de 37 millones de euros, pretende dotar al sector pesquero de “un buque inteligente” y “el más avanzado del mundo”.

El proyecto, promovido por Astilleros de Murueta, Sisteplant y la Fundación Innovamar, fue aprobado, junto a otros 15 proyectos, en la tercera convocatoria CENIT, uno de los principales instrumentos del Programa Ingenio 2010 para fomentar la cooperación público-privada y converger así con los objetivos de I+D+i establecidos en la Agenda de Lisboa.

El primer reto es el ahorro de combustible
. Los motores del nuevo buque serán propulsados con gas, un combustible algo más limpio. Esto significará un ahorro de combustible del 25% y menos emisiones de CO2. El segundo reto es la eficiencia hidrodinámica para ofrecer menos resistencia al agua, lo que se traducirá en ahorro de combustible y más velocidad. Un tercer aspecto que incorporará el buque será una planta de producción de hidrógeno a partir de los descartes de pescado, que hasta ahora se arrojan al mar. El gas producirá electricidad tras su proceso en una pila de combustible. Esta energía abastecerá parte del consumo eléctrico de a bordo.

Su electrónica estará conectada vía satélite a todos los datos pesqueros disponibles y el barco no perderá tiempo en buscar los cardúmenes sino que será teledirigido, según sus promotores. La tecnología permitirá llevar un control sobre la pesca en tiempo real, que será conocido por el armador y los gestores de la pesquería. El buque dispondrá de circuitos internos de agua para reciclar el máximo posible. Además, en su construcción se utilizarán nuevos materiales como nanopolímeros y nanocerámica.

El barco contará también con avanzados sistemas de seguridad para los tripulantes, como el control de dónde está cada hombre en cada momento, para evitar accidentes. El confort de la tripulación también se ha tenido en consideración.

El proyecto de diseño concluirá en 2011 y entonces sólo faltará un armador pesquero que quiera encargar barcos para su flota. Un buque de estas características podría salir del astillero hacia el 2020. Como el diseño es polivalente, serviría para cualquier tipo de pesquería, y sus innovaciones también serán útiles para las flotas de bajura.

Esperemos que llegue antes de que la sobrepesca y los problemas del combustible hagan que esta actividad sea una reliquia del pasado.

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2 comentarios

  1. En vez de gastarse el dinero en hacer barcos de pesca inteligentes deberían de gastarlo en crear empleo en el sector pesquero que ya hay bastante paro en este país.

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