Desde la primavera pasada, algo ha matado entre el 40% y el 100% de las larvas de ostra francesas. La epidemia está poniendo en peligro el cultivo de la ostra japonesa o rizada que sustituyó a la emblemática ostra plana. La ostra plana (Ostrea edulis) sucumbió en los años 70 y 80 a la aparición de dos parásitos protozoos Marteilia refringens y Bonamia ostreae). Los cultivadores franceses sustituyeron la ostra plana por la ostra japonesa (Crassostrea gigas) más correosa al diente pero ostra al fin y al cabo.


En la última Primavera, la época en que miles de ostricultores de Thau, Arcachon, o de Marennes Oléron empiezan a introducir en los parques de cultivo juveniles de ostra para su engorde, fue cuando comenzaron los problemas. Estas mortalidades empiezan ya a detectarse en otras zonas de Europa, con los primeros casos detectados en Holanda y el Cantábrico.

A partir de julio de este año, los ostricultores franceses detectaron miles de ostras muertas. 135.000 toneladas de ostras están en peligro. La práctica totalidad de los parques de ostrasdesde la frontera belga del Atlántico hasta la italiana del Mediterráneo, son potenciales víctimas.

Francia es, el primer productor y consumidor europeo de ostras, con unas 135.000 toneladas de producción anual. Su industria emplea a entre 15.000 y 20.000 personas. El ministerio de Agricultura ha declarado el estado de “catástrofe pesquera” por la epidemia, que amenaza la producción de este emblema del buen gusto a la francesa.

Cual es la causa?. Según Andre Gerard: «Es un fenómeno multicausal, pero lo que sabemos ya es que ha habido un primer elemento muy importante: el año ha sido muy lluvioso, y el descenso excesivo de la salinidad de las aguas conllevó cambios en el plancton de las albuferas y marismas” Por otro lado, las altas temperaturas están modificando la especies presentes en el fitoplancton.“Y en ese contexto, se ha producido además un fenómeno patológico oportunista”: un virus, el herpes de las ostras ( (OsHV-1) se ha asociado a un bacteria, Vibrio splendidus, o quizá a un alga tóxica, para debilitar a las jóvenes ostras y matarlas.

Tristan Renault, otro de los científicos del Ifremer especializados en enfermedades de moluscos, sugiere una hipótesis alternativa: la madurez precoz de las larvas, causada por el exceso de agua dulce y la alta temperatura, las habría llevado a desarrollar prematuramente sus órganos sexuales, lo que debilita las defensas del animal, facilitando la acción del virus asesino OsHV-1. Muchas dudas oscurecen estas averiguaciones.

En España el Laboratorio Nacional de referencia de enfermedades de moluscos bivalvos está analizando muestras de distintas zonas con el fin de determinar la presencia del herpes de la ostra.

Como en otras enfermedades de moluscos, no hay ningún riesgo para el consumidor.

Esperemos que los franceses tengan ostraa por Navidad, o mejillones…

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