Esta semana hemos tenido nuevas pruebas de que no acabamos de comprender el impacto negativo de nuestra especie sobre los océanos. La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) ha adoptado por consenso un plan de recuperación y pesca del atún rojo que contó con la aprobación de los países implicados y el rechazo absoluto de los grupos ecologistas. La verdad es que conciliar el manejo de recursos naturales limitados y compartidos al mismo tiempo que se quiere incrementar el crecimiento económico parece bastante complicado. Del drama del atún (rojo) y sus implicaciones internacionales ya habíamos hablado en este blog, pero el asunto sigue…


Los 46 países de la ICCAT, con la excepción de Libia, aprobaron, entre otras disposiciones, un total admisible de capturas (TAC) de 22.000 toneladas de atún rojo para 2009, lo que supone una cifra inferior a la recomendada en el plan de recuperación de la especie que establecía 27.500 toneladas. Sin embargo, el comité científico del ICCAT aconsejó que las cuotas estuvieran entre 8.000 y 15.000 toneladas para permitir que la especie se recupere. La Unión Europea se mostró satisfecha por el acuerdo alcanzado.

Tras los ocho días de reuniones iniciados el pasado 17 de noviembre, se aprobó también la presencia de observadores de esa comisión en los buques de captura, y la identificación de aquí a 2010 de las zonas de desove del Mediterráneo, con miras a la creación de reservas.

Para grupos ecologistas como el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) y Greenpeace, sin embargo, el acuerdo alcanzado es un «fracaso absoluto», que ratifica según ellos el hecho de que los países de la ICCAT, » con la Unión Europea a la cabeza, no están preparados para recuperar un recurso que está al borde del colapso».

Las ONG demandaban el cierre de las pesquerías de cerco durante mayo, junio y julio, los meses de reproducción, y un recorte en las cuotas de pesca hasta establecerlas en 15.000 toneladas anuales, cantidad recomendada según ellos por los propios científicos del ICCAT.

Una de las medidas de control aprobadas en la reunión fue la reducción de la temporada de pesca. La prohibición comenzó este año el 1 de julio y para 2009 será a partir del 15 de junio, aunque se puede prolongar cinco días más si hay mal tiempo. Una buena medida, en teoría, para preservar la especie, pero que según las ONG, no tendrá casi impacto al ser «mayo y junio los meses trascendentales para la reproducción».

Una de las principales amenazas para esta especie sigue siendo la pesca ilegal, practicada por la flota francesa e italiana especialmente. España cuenta con la flota más importante de pesca de atún rojo y es el país que mejor controla su flota. Por eso, las organizaciones ecologistas lamentaron que España «no haya sido capaz de imponerse y conseguir que se aprueben medidas de control real para que se respeten las cuotas». De hecho, este año España ha sido el único país autorizado a pescar una semana más, por cumplir la legislación.

Los intereses económicos, políticos y ecologistas fueron imposibles de conciliar, en un encuentro cuyas conclusiones fueron para la ICCAT muy importantes, y para los ecologistas «condenan al atún» y deslegitiman a esa comisión en la gestión de esa especie.

España es el país que tendrá mayor cuota de capturas, con el 33,5% del total, seguido de Francia (30,2%) e Italia (25,7%). Portugal tiene derecho al 3,2% de la cuota total, Grecia al 3%, Malta al 2,25% y Chipre al 1,9%. El tamaño de las flotas se puede encontrar aquí.

«El atún no desaparecerá como especie, pero sí como recurso pesquero y, con él, muchos puestos de trabajo en la pesquería tradicional». El responsable de pesquerías de WWF/Adena, Raúl García, se mostraba pesimista e indignado a su regreso de la reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT).

Oceana informa de algo que puede pasar desapercibido y que también se trató en la reunión: “Las pesquerías de tiburones han sido otro de los grandes temas de discusión durante la reunión. A pesar de haberse debatido propuestas más contundentes y para varias otras especies a lo largo de la semana, el acuerdo alcanzado se ha limitado a establecer medidas de gestión para una especie, el tiburón zorro ojón. En un principio la UE propuso un límite de capturas para la tintorera y el marrajo dientuso, y la prohibición de pesca y descarga de los tiburones zorro y los tiburones martillo. La tintorera y el marrajo dientuso son las que sufren mayores capturas en el Atlántico, ya que forman parte de una pesquería especialmente dirigida a estas especies debido a sus valiosas aletas que son exportadas a Asia para la elaboración de la sopa de aleta de tiburón. Los tiburones martillo y los tiburones zorro son también víctimas de esta pesquería y sus poblaciones corren un elevado riesgo de agotamiento.»

«Sin embargo, los continuos desacuerdos entre las partes han imposibilitado acuerdos más amplios que hubiesen sido fundamentales para lograr la pesquería sostenible de los tiburones en el Atlántico. Finalmente sólo se ha aceptado un débil acuerdo para la liberación de los ejemplares del tiburón zorro ojón capturados con vida.”

Otro día hablaremos de la democratización del sushi y su posible impacto sobre las pesquerías…

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Un comentario

  1. ¿Quieren un pronóstico? Digan adiós a los atunes rojos, a la fauna marina que tenga algún valor económico o "que moleste a los pescadores" y, a más largo plazo, al modo vida al que están acostumbrados.

    Disfruten mientras puedan. Pronto evocaremos escucharemos a nuestro corazón de las tinieblas decir aquello del "el horror, el horror".

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