Atunes de oro

Hace poco se vendió un atún rojo de 269 kilos durante la tradicional primera subasta del año en la lonja de pescados de Tsukiji en Tokio, la mayor del mundo, por 56,49 millones de yenes (más de 569.000 euros). El ejemplar, superó el anterior precio máximo registrado en este mercado el año pasado, cuando se pagó por otro atún rojo 32,49 millones de yenes (más de 327.000 euros). El kilogramo del atún vendido en Tokio se situó en torno a los 210.000 yenes, unos 2.115 euros, muy por encima de los 95.000 yenes el kilo (más de 950 euros) del ejemplar que ostentaba el récord el año pasado.

Estos no son los precios habituales del atún en Japón, sino que el elevado precio al que se pagan estos ejemplares se debe a la costumbre de pujar lo más fuerte posible por el primer atún que se vende cada año en la lonja de Tokio. La subasta se ha convertido en una tradición y cada comienzo de enero acuden distribuidores, restaurantes y compradores varios de Japón y otros países que compiten para llevarse el primer atún pescado en el año, sea al precio que sea. Hacerse con esa pieza se convierte en un gran reclamo comercial para atraer clientes y hacer publicidad.

El comprador de este año ha sido Kiyoshi Kimura, presidente de una cadena de sushi japonesa muy popular llamada Sushi-Zanmai. Desde que se comenzaron a recopilar datos sobre las ventas en Tsukiji en 1999, el precio máximo pagado por un atún en la lonja se registró el primer día de subastas de 2001, con un valor de 20,2 millones de yenes (unos 203.000 euros) por un ejemplar de más de 200 kilos capturado también en el norte del archipiélago, según datos de Efe.

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En los últimos años Japón, el mayor consumidor de atún del mundo, ve amenazado su suministro de este pescado por la reducción de las cuotas a nivel internacional, ante el riesgo que pesa sobre la supervivencia de la especie. Las capturas de atún, especialmente en el Mediterráneo, que es el área de reproducción de los atunes atlánticos, crecieron exponencialmente desde la década de los 90, lo que ha llevado a la pesquería a una situación cercana al colapso.

Además, los intentos de regular las capturas han sido infructuosos, como reconoce incluso la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICAAT). Hay evidencias de que, durante varios años de la década del 2000, las capturas reales de atún superaron casi el doble a las permitidas, debido a la existencia de un potente mercado negro alimentado por la pesca ilegal.

Ya en Septiembre del 2007 la UE prohibió la pesca del atún rojo en lo que quedaba de 2007 ya que que  se había superado la cuota general de capturas asignada a la flota comunitaria. En otros dos posts (La tragedia del atún,  y Obama y el atún “rojo” volvimos sobre el mismo asunto.

Según ICCAT, la población de atunes rojos, que nada sobre todo en aguas mediterráneas y atlánticas, se ha reducido un 74% en los últimos 50 años.

“ Un estudio científico presentado en la reunión muestra que incluso una cuota de 8.000 toneladas, que se cumpliese estrictamente, proporcionaría sólo un 50% de posibilidades para la recuperación del atún rojo en 2023. Al mismo tiempo, otra investigación revela que únicamente el cierre total permitiría a la pesquería alcanzar los niveles que evitasen la necesidad de restricciones comerciales en 2019.”

Mal va el asunto para el atún…rojo

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