En el invierno de 2002 se hundió el ‘Prestige’ y causó unos de los mayores vertidos de fuel conocidos. Las probabilidades de que sucediera eran altas porque  todos los años frente a las costas gallegas transitan decenas de miles de buques, muchos de ellos con mercancías peligrosas.

El 20 de abril de 2010, explotaba la plataforma petrolífera Deep Water Horizon. Cada día vertía unos 800.000 litros de petróleo al mar. Algunos expertos consideraban que esta estimación era extremadamente baja, y que la cifra de vertido podría ser cinco veces mayor, 4 millones de litros (4.000 toneladas) de crudo diarios. Cinco años después el Golfo continua sufriendo los efectos de aquel y otros vertidos que ocurren frecuentemente y el número de plataformas ha vuelto a crecer.

Hace poco se hundió a unos 2.400 metros de profundidad y a unas 15 millas (24 kilómetros) al sur de punta de Maspalomas (Gran Canaria) el pesquero de bandera rusa Oleg Naydenov. El pesquero, de 120 metros de eslora y denunciado en varias ocasiones por pesca ilegal, tenía almacenadas en sus tanques 1.409 toneladas de fuel.

«Ante el riesgo que suponía mantener atracado el buque en el puerto debido a una potencial explosión, la Capitanía Marítima de Las Palmas optó por llevárselo, en la madrugada del 12, a mar abierto. También se intentaba evitar que un posible vertido acabara afectando a la ciudad de Las Palmas y a la planta potabilizadora de la zona.»

Cuando ocurre un vertido de petróleo como el del ‘Erika’, el ‘Prestige’, o la plataforma Deepwater Horizon del Golfo de México, lo importante para el públcio es la rapidez en recibir la información. Todos los medios se ocupan del drama  al principio pero se nos olvida que lo importante es el final. El desarrollo y el resultado son fundamentales en este tipo de situaciones y de ese conocimiento el sistema tiene que aprender e incorporarlos al disco duro para hacer frente a emergencias futuras.

Se aprendieron muchas cosas del vertido del ‘Prestige’, y espero que ese aprendizaje sirva ahora en una nueva situación de emergencia como la causada por el hundimiento  del Oleg Naydenov. El conocimiento científico técnico que se ha adquirido durante muchos años en situaciones similares, son de gran utilidad en estos momentos críticos.

No olvidemos que los partidos hay que jugarlos. Opinar conociendo el resultado no es justo.

Fuentes: El País, La Voz de Galicia

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