El gran tiburón blanco y los vehículos no tripulados automatizados

Una de las grandes ventajas de las nuevas tecnologías en el estudio del mar es el asomarnos a situaciones peligrosas como por ejemplo estudiar las costumbres de caza del tiburón blanco sin exponernos al peligro.

Además podemos seguirlos cuando no están a la vista. Para eso sirven los vehículos no tripulados automatizados «automated unmanned vehicles (AUVs)». Gracias a ellos sabemos lo que hacen cuando se sumergen preparándose para atacar a sus presas. De hecho son preparan emboscadas entre varios para mejorar la eficacia de sus ataques. También para conocer como tantean potenciales capturas para asegurarse de que no son peligrosas.

Para botón de muestra el siguiente video

[vimeo]http://vimeo.com/101165012[/vimeo]

 

Aunque cueste creerlo, los ataques de tiburones contra seres humanos son bastante raros. Dentro de éstos, los del tiburón blanco (Carcharodon carcharias), se pueden considerar anecdóticos si se comparan con los del tiburón tigre (Galeocerdo cuvier) o el tiburón toro (Carcharhinus leucas), el último de los cuales puede incluso remontar grandes ríos (Misisipi, Amazonas, Zambeze etc.) y atacar a las personas a varios kilómetros del mar, tal como ocurrió en Matawan (Estados Unidos).

No obstante, las muertes causadas por estas tres especies en su conjunto son inferiores a las provocadas por serpientes marinas y cocodrilos cada año, e incluso menores que los fallecimientos ocasionados por animales tan aparentemente inofensivos como abejas, avispas e hipopótamos. Se considera que es más probable morir de un ataque al corazón en alta mar que por el ataque de un tiburón.

 

Un ataque de tiburón es uno de los riesgos que todo usuario de playas y mares debe contemplar sin embargo es importante entender ese riesgo en sus propias proporciones. Muere más gente cada año por ataques de perros que la que ha sido muerta por tiburones blancos en los últimos 100 años. Por ejemplo, en todo el Mediterráneo sólo se han confirmado 31 ataques de tiburones contra seres humanos en los últimos 200 años, en su mayoría sin resultado de muerte. Para España, la cifra es de 4 ataques desde mediados del siglo.XIX.

 

De todas las especies de tiburón, el tiburón blanco (Carcharodon carcharias) es el que más llama la atención. En español, las denominaciones más comunes son tiburón blanco y gran tiburón blanco (esta última influida por el nombre oficial en inglés, Great White Shark). El nombre de “blanco” se debe a que en algunos ejemplares viejos, con el paso de los años, han ido aclarando el tono negruzco de su dorso hasta un gris claro, y junto al blanquecino del vientre, les dan el aspecto de ser blancos.

Los tiburones blancos no son las “máquinas de matar”, tal como nos muestra nuestra imaginación. Para poder capturar los grandes mamíferos que constituye la base de la dieta de los adultos, los tiburones blancos practican una característica emboscada: se sitúan a varios metros bajo la presa, que nada en la superficie o cerca de ella, usando el color oscuro de su dorso como camuflaje con el fondo y volviéndose así invisibles a sus víctimas. Cuando llega el momento de atacar, avanzan rápidamente hacia arriba con potentes movimientos de la cola y abren las mandíbulas. El impacto suele llegar en el vientre, donde el tiburón aferra fuertemente a la víctima: si ésta es pequeña, como un león marino, la mata en el acto y posteriormente la engulle entera.

Compartir:

Un comentario

Deja un comentario