Mientras continuamos en nuestra rutina cotidiana, una vez más un tsunami destrozó las costas de Indonesia. El 28 de septiembre.  En diversas ocasiones hemos tocado este tema en este blog. Aunque exista un servicio de alerta es extremadamente difícil poner a salvo a poblaciones dispersas y en zonas mal comunicadas. Es necesario un esfuerzo mayor sobre todo en estos lugares donde la frecuencia es elevada y las comunicaciones muy deficitarias. Mil ochocientos muertos, miles de desaparecidos y decenas de miles desplazados que aunque hayan desaparecido de las noticias siguen sufriendo.

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La Agencia Nacional de Gestión de Desastres de Indonesia (BNPB) actualizad el balance de muertos por el seísmo, de magnitud 7,5, y el posterior tsunami que asolaron la isla de Célebes el 28 de septiembre. El últmo número de víctimas mortales asciende a 1.234, mientras que el número de desplazados supera los 61.000.

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[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=OovnBcue2uc[/youtube]

«Tras el temblor, la Agencia de Meteorología, Climatología y Geofísica de Indonesia emitió una alerta de tsunami con olas de máximo 3 metros, pero siete minutos después la retiró. Después un potente tsunami golpeó su costa occidental con olas de entre tres y seis metros que avanzaban a cientos de kilómetros por hora. Según la Agencia, la boya con un sensor de tsunamis más cercana está a unos 200 kilómetros de Palu y solo recogió una subida del nivel del agua «insignificante», de solo seis centímetros.»

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=q59qHyKkJ6M[/youtube]

Como se puede ver en el video,” la licuefacción del suelo provocó el derrumbamiento de numerosos edificios en la ciudad indonesia de Palu tras el terremoto de magnitud 7,5 y el posterior tsunami que devastaron el pasado viernes la zona central de la isla de Célebes. Se trata de un fenómeno geólogico que se produce en suelos poco consistentes, generalmente en terrenos arenosos o humedales, después de que hayan sido sacudidos por un fuerte terremoto.” También “sucedió después del seísmo de magnitud 9 que golpeó el este de Japón en 2011. El 86% del terreno de la ciudad de Urayasu quedó engullida por la tierra. Este fenómeno geológico también se dio en el terremoto de Nueva Zelanda en 2010 y en el gran terremoto de Alaska de 1964. “

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«En 2004, un fuerte terremoto en el norte de la isla de Sumatra generó un tsunami que mató a unas 280.000 personas en una docena de naciones bañadas por el océano Índico, la gran mayoría de ellas en Indonesia. Indonesia se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 terremotos, la mayoría moderados.»

Hay muchas formas de ayudar a los  que siguen sufriendo las consecuencias de esta catástrofe. Una de ellas es donara UNICEF.

[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=3Z81Wtbhj0M[/youtube]

Ante cualquier catástrofe natural la pregunta es obligada. ¿Cuándo ocurrirá de nuevo?. No hay que ser muy sagaz para darse cuenta del riesgo que se cierne sobre la costa suroeste peninsular, por más que la tragedia descrita ocurriera hace casi tres siglos. En sismología la estadística es muy importante, y siempre hay una fecha más o menos prevista para un “big one”.

Áreas directamente afectadas por el maremoto de 1755, como el Algarve portugués o la costa onubense y gaditana; están hoy ocupadas por una sucesión de complejos turísticos en una zona de costa llana, sin elevaciones, que harían aún más devastadores los efectos de un tsunami.

¿Estamos preparados?

Fuentes.

Diario ABC

Diario El País

 

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