Coronavirus. No hay bala de plata contra COVID19 y puede que no la haya.

Hace seis meses cuando anunciamos, que el brote constituía una emergencia de salud pública de importancia internacional En ese momento, el 30 de enero, había menos de 100 casos y ninguna muerte fuera de China. Cuando el Comité se reunió hace tres meses, se habían reportados tres millones de casos de COVID-19 a la OMS y más de 200,000 muertes. Desde entonces, el número de casos aumentó más de cinco veces hasta alcanzar los 17.5 millones, y el número de muertes se ha triplicado, llegando a 680,000.

Además del coste directo que está teniendo COVID-19, el impacto en la salud que los servicios sanitarios interrumpidos están teniendo en una gran cantidad de enfermedades, como por ejemplo la detección y atención del cáncer y los servicios de salud mental.

Una encuesta llevada a cabo en 103 países entre mediados de mayo y principios de julio encontró que el 67 por ciento de los países reportaron interrupción en los servicios de planificación familiar y anticoncepción.

Más de la mitad de los países informaron de interrupciones en los servicios de atención prenatal y más de un tercio de los países reportaron interrupciones en los servicios de parto infantil.

Además del impacto en la salud, hemos visto el daño que COVID-19 ha causado social, económica y políticamente.

Los países deben continuar implementando medidas para controlar el virus.

Estas van desde seguir impulsando las mejores prácticas hasta mejorar el compromiso político y el liderazgo para apoyar las estrategias nacionales y las actividades de respuesta localizadas basadas en la ciencia, los datos y la experiencia.

Sabemos por estudios serológicos ,que la mayoría de las personas siguen siendo susceptibles a este virus, incluso en áreas que han experimentado brotes severos.

Durante la semana pasada, hemos visto varios países que parecían haber superado lo peor y que ahora luchan con nuevos picos de los casos.

Sin embargo, también hemos visto cómo algunos países, regiones o localidades que tenían una gran cantidad de casos ahora están controlando el brote.

No es fácil. Las medidas estrictas pueden causar sus propios problemas en la prestación de servicios de salud esenciales, la economía y las sociedades en general.

El Comité reconoció que los Estados miembros tienen que tomar decisiones difíciles para cambiar el curso de la epidemia.

Pero también dejaron claro que cuando los líderes dan un paso al frente y trabajan intensamente con sus países, esta enfermedad se puede controlar.

Aprendemos todos los días sobre este virus y el mundo ha progresado en la identificación de tratamientos que puedan ayudar en la recuperación de pacientes en los estadíos más graves de COVID-19.

El Comité recomendó que los países participen en el Acelerador de Acceso a Herramientas COVID-19 (ACT), participen en ensayos clínicos relevantes y se preparen para la introducción de vacunas y terapias seguras y efectivas.

Una serie de vacunas se encuentran ahora en ensayos clínicos de fase tres y todos esperamos tener vacunas efectivas que puedan ayudar a prevenir la infección de las personas.

Sin embargo, no hay una bala de plata en este momento y puede que nunca la haya.

Por ahora, detener los brotes se reduce a los principios básicos de la salud pública y el control de enfermedades.

Hacer PCRs, aislar y tratar pacientes, y rastrear y poner en cuarentena sus contactos. Hay que hacer todo.

Informar y escuchar a las comunidades. Hay que hacer todo.

El mensaje para la población, se trata de mantener la distancia física, usar una mascarilla, limpiarse las manos regularmente y toser con seguridad lejos de los demás. Hay que hacer todo.

El mensaje para la población y los gobiernos es claro: Hay que hacer todo..

Y cuando esté bajo control, ¡sigue adelante!

Seguir fortaleciendo el sistema de salud.

Seguir mejorando la vigilancia, el seguimiento de contactos y asegurarse de que los servicios de salud interrumpidos se reinicien lo más rápido posible.

Mantenga las salvaguardas y el monitoreo en su lugar, porque levantar las restricciones demasiado rápido puede conducir a un resurgimiento de la enfermedad.

Hemos visto en todo el mundo que nunca es demasiado tarde para revertir esta pandemia.

Si actuamos juntos hoy, podemos salvar vidas, podemos salvar puestos de trabajo si lo hacemos todo juntos.

Palabras del Director General de la OMS el 3 de Agosto 2020

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