¿Son las vacunas frente al coronavirus eficaces en los mayores de edad?

No pensemos que una vacuna contra el virus causante de la Covid-19 erradicará el coronavirus de nuestras vidas a corto plazo o que nuestra inmunidad colectiva detendrá la propagación. Por ahora, hay que centrar esos esfuerzos en mantener el distanciamiento físico y el uso de medidas de protección individual, como las mascarillas o la higiene de manos, hasta que la ciencia sugiera lo contrario. Aún se desconoce cuánta inmunidad generarán las vacunas en la población y cuánto tiempo durará. Después de décadas de esfuerzo, todavía no existe una vacuna contra el VIH. Y aunque se han desarrollado vacunas para muchos otros tipos de virus, desde las paperas hasta la gripe, nadie ha descubierto una para el resfriado común, lo que preocupa a los investigadores en parte porque puede ser causado por varios coronavirus y unos 160 rinovirus diferentes.

Fuente: EFEEPAWILL-OLIVER

Cuando nos recuperamos de una infección viral, generalmente desarrollamos cierto nivel de inmunidad, que nos protege de la reinfección. Pero el SARS-CoV-2, el coronavirus que causa el Covid-19, ha causado  desde ausencia de síntomas hasta síntomas leves y un rápido deterioro en casos severos y muerte. Infecta e inflama los pulmones, a veces el intestino, y tal vez incluso el cerebro.

A veces los virus cambian. No tiene que mutar a una cepa completamente nueva para que la inmunidad sea menos eficaz. Las partes del virus frente a las que desarrollamos una respuesta inmune solo necesitan cambiar de forma relativamente menor para evadir la inmunidad. Estos son los cambios antigénicos, y explican por qué la vacuna contra la gripe debe ser rediseñada cada año. Solo el tiempo nos dirá la tasa de mutación para el SARS-CoV-2 y su influencia sobre los antígenos y las vacunas que se están diseñando y fabricando.

Las vacunas, incluidas las de Moderna y Pfizer, generalmente se diseñan para la población joven saludable y solo más tarde se centran en los grupos más vulnerables. El ambicioso calendario de lanzamiento de vacunas probablemente representa la línea de partida, no la línea de meta, cuando se trata de la inmunidad de los mayores.

A medida que envejecemos, nuestros cuerpos pierden la capacidad de responder a nuevas amenazas y reconocer a las que hemos estado expuestos anteriormente, lo que significa que los adultos mayores no desarrollan una defensa vigorosa después de las vacunas.

Tomemos, por ejemplo, la vacuna contra la gripe: para los que tienen entre cuarenta y cincuenta años, las vacunas contra la gripe tienen una efectividad entre 30% y 60%. Sin embargo, para las personas mayores de 65 años, la efectividad con frecuencia se reduce al 10-20%.o Un artículo publicado el mes pasado en el New England Journal of Medicine argumentó que «la respuesta a la pandemia sigue siendo dificultada por nuestra comprensión limitada de cómo generar inmunidad efectiva, particularmente en los ancianos».

Los avances en la genómica moderna y la biología molecular nos han permitido crear vacunas más seguras y más específicas que las que teníamos en el pasado, pero también han creado un abismo más amplio en la inmunidad lograda por los jóvenes y los viejos. Nuestras primeras vacunas contra la poliomielitis y la tuberculosis se elaboraron con un patógeno vivo debilitado. Un patógeno completo posee una gran cantidad de objetivos, o antígenos, para el sistema inmune, por lo que genera la respuesta más fuerte y duradera.

Las vacunas modernas ya no dependen de virus vivo atenuado. Los investigadores ahora pueden identificar una o más piezas de proteína viral que creen que serán un buen objetivo para el sistema inmune y luego entregarlas al cuerpo utilizando una variedad de métodos inteligentes. La técnica que Moderna y Pfizer y otras compañías están utilizando consiste en inyectar solo el ARN mensajero que codifica la proteína espiga (spike) específica del coronavirus. No se va a generar el virus ni tampoco se va a insertar en nuestro código genético.

Una posible desventaja de los métodos más avanzados es que no ofrecen una variedad tan amplia de antígenos para activar nuestra respuesta inmune, lo que se convierte en un problema para las personas cuyos sistemas inmunitarios son menos vigorosos. Las eficacia de las nuevas vacunas, nunca ha sido aprobado en humanos, y mucho menos en adultos mayores.

Adaptar una vacuna a los mayores de 65 años depende de averiguar por qué son tan susceptibles a la enfermedad, que, en España, ha causado la muerte de más de 20.000 personas de edad avanzada. Justo cuando la piel comienza a arrugarse y ceder con la edad, el cuerpo también comienza a perder su capacidad para eliminar las partículas extrañas de los pulmones y las vías respiratorias. Esto supone una carga mayor para el sistema inmunitario, especialmente su capacidad para producir anticuerpos que se adhieren a los virus y los neutralizan antes de que penetren en las células y las conviertan en fábricas de virus. Los resultados parciales que Moderna publicó recientemente resaltaron el hecho de que ocho de los 45 sujetos, todos menores de 55 años, producían anticuerpos neutralizantes contra el coronavirus. Sin embargo, las personas mayores generalmente no producen tantos anticuerpos neutralizantes en respuesta a la vacunación. Una estrategia para compensar esto es proporcionarles más antígeno. Una vacuna para mayores contra la gripe para mayores, por ejemplo, contiene cuatro veces la dosis de una vacuna típica.

Hay un segundo obstáculo que una vacuna para los mayores de 65 años tendrá que superar. Aunque la capacidad de inducir anticuerpos neutralizantes es una de las principales medidas a tener en cuenta, no hay que  olvidar que para eliminar una infección de los pulmones es necesario activar una segunda rama del sistema inmune que involucre a las células T, un tipo especial de glóbulos blancos que pueden destruir las células infectadas y detener la replicación del virus.

Los aditivos para vacunas conocidos como adyuvantes pueden ser cruciales. La vacuna Shingrix contra el herpes zóster, aprobada en 2017, fue una rara victoria que demostró ser casi 90% efectiva entre las personas de 70 años o más, gracias a un nuevo adyuvante aislado del árbol de corteza de jabón de Chile que incrementa la respuesta de las células T.

Los adyuvantes son la magia negra del desarrollo de vacunas. Sus efectos inmunoestimulantes ayudan a que una vacuna funcione, pero también pueden, en casos raros, causar reacciones peligrosas, razón por la cual los fabricantes tienden a ser conservadores con ellos. Según el Instituto Milken, se están desarrollando más de 140 posibles vacunas para el coronavirus en todo el mundo, y muchas probablemente recurrirán a adyuvantes a base de aluminio, viejos recursos que han existido desde la década de 1920. Estos adyuvantes aumentan la cantidad de tiempo que un antígeno está presente en el cuerpo, comprando más tiempo para producir una respuesta inmune.

Este grupo está trabajando en asociación con varias compañías de biotecnología, incluidas Exicure en Skokie, Illinois y Avidea Technologies en Baltimore, para ayudar a desarrollar formulaciones de vacunas que sean seguras y efectivas en todas las categorías de edad. También está en conversaciones con Moderna, que abandonó la dosis más alta que probó en las personas después de que se produjeran reacciones inmunes sistémicas, como fiebre. Es posible que la compañía necesite explorar estrategias con  adyuvantes para producir la respuesta más eficaz en adultos mayores con dosis más bajas. Moderna tiene planes de probar su vacuna en personas de hasta 70 años. El director médico de Moderna descartó que será menos eficaz para las personas mayores de 65 años aunque los resultados más recientes cuestionan esa certeza.

La rapidez con la que se están desarrollando las vacunas, significa que habrá información limitada sobre la duración de la inmunidad de una vacuna y si es segura para las personas mayores a largo plazo. Vacunar a miles millones de habitantes tendrá un coste inmenso.

Los primeros resultados de los ensayos en curso muestran que las vacunas desatan respuesta frente al coronavirus en personas mayores de 60 años. La eficacia de la vacuna variará con las diferentes preparaciones de vacuna, y debemos elegir cuidadosamente qué formulaciones funcionarán mejor en personas mayores, qué dosis son más eficaz y cuándo administrar las vacunas de refuerzo para lograr los mejores resultados.

El Instituto Nacional de Salud de EE. UU., llevó a cabo el análisis de la eficacia de la vacuna de Moderna en base a 95 casos de covid-19, de los cuales 90 se observaron en el grupo de placebo y cinco en el grupo de vacuna. El ensayo reclutó a más de 30.000 participantes estadounidenses, incluidos 7000 mayores de 65 años y 5000 menores de 65 años con enfermedades crónicas de alto riesgo. Más de un tercio (37%) de los participantes del ensayo no son blancos, con 6000 participantes identificados como hispanos y más de 3000 identificados como afroamericanos.

De los 95 casos, 15 correspondieron a adultos mayores de 65 años y 20 se identificaron como pertenecientes a comunidades diversas (12 hispanos, cuatro afroamericanos, tres asiáticoamericanos y uno multirracial).

En ausencia de una vacuna altamente eficaz, la calidad de vida de los adultos mayores dependerá en gran medida del desarrollo con éxito de medicamentos Covid-19 que atacan directamente al virus. A principios de este mes, la FDA emitió una autorización de emergencia para el Remdesivir , que ha demostrado un efecto relativo a la hora de acelerar la recuperación de los pacientes hospitalizados.

Pero los científicos también están probando una amplia gama de medicamentos preexistentes y nuevos compuestos. Una segunda línea de defensa podría provenir de los anticuerpos monoclonales comerciales, aunque es probable que cuesten cientos de dólares por dosis y tendrían que suministrase cada dos meses.

Una defensa similar a una vacuna en el horizonte consiste en eludir el sistema inmune frágil de los adultos mayores al inyectar las instrucciones genéticas para producir anticuerpos directamente en sus músculos y estimularlos para que produzcan los anticuerpos. La técnica se probó con éxito en simios contra el virus del Zika, y dos compañías con sede en Massachusetts, Generation Bio y SmartPharm Therapeutics, esperan implementarla para el nuevo coronavirus.

Los científicos también están explorando la posibilidad de que algunas personas puedan beneficiarse de las vacunas vivas que todavía se usan para ciertas enfermedades en otros países, y de la exposición a enfermedades infecciosas como la malaria

Si bien las primeras vacunas aprobadas contra el coronavirus pueden no ser totalmente eficaces para los mayores, algunos científicos afirman que podrían ser beneficiosas. A medida que las personas más jóvenes reciben las vacunas, la inmunidad del rebaño finalmente se afianzará, protegiendo a los mayores de 65 años mejor que las vacunas.

Vamos por el buen camino pero queda algo por  recorrer.

Coronavirus vaccine results are pouring in, and it’s good news for older people. The Conversation

How anti-ageing drugs could boost COVID vaccines in older people. Nature.

Covid: Oxford vaccine shows ‘encouraging’ immune response in older adults. BBC.

The Exclusion of Older Persons From Vaccine and Treatment Trials for Coronavirus Disease 2019—Missing the Target

Covid-19: Moderna vaccine is nearly 95% effective, trial involving high risk and elderly people shows BMJ

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Un comentario

  1. Si comparamos la vacuna del covid (siempre que no haya cepas que actúen de forma diferente), claro que la efectividad en personas de avanzada edad no sería tan efectiva. Iguamente, la vacuna de la gripe está diseñada respecto a la cepa del año anterior.. Pero es que son demasiados los factores que entran en juego https://aseguramos-online.es/

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